Hablemos de ese
pequeño gran secreto tuyo.
Sí, ese secreto.
En efecto, me
refiero a ese grano que tienes en la puta cara.
No, ese no, el
que tiene el tamaño de tu nariz.
¿Qué te pasa,
tronco? ¿No sabes que eso es mierda lo que tienes ahí metido?
Pues explótalo,
qué vas a hacer si no, ¿metértelo a hostias?
Ya imaginaba.
Claro que duele, es un puto grano. Es pura mierda dentro de tu piel,
presionando contra tus nervios. Duele de cojones.
No, a mí no me
líes. Tu grano, tu trabajo. No pienso poner mis dedos encima de esa cosa tan
asquerosa.
¡He dicho que
no, cojones!
Sí, eso puedo
hacerlo, pero no te lo recomiendo.
Vale, tú lo has
querido. ¡Madre, aquí hay un grano que puedes explotar! ¡Es asqueroso,
disfrutarás mucho!