De las cenizas
consumidas,
surgió algo nuevo en
color:
unas amistades recién
unidas.
Calurosos sueños de
verano
se materializaron en
pura realidad
cuando nadie miró la
soledad
aquellos días de
suspirar en vano.
LET’S GO!!
Calamidades espirituales
de volumétricas dimensiones
transformaron regios
puestos de banalidad
en fantásticos armisticios
de fútiles recreaciones
por arte de una magia
sin ningún tipo de falsedad.
Los recién unidos en
vínculo amistoso
encontraron numerosos
puntos de fusión
y, sin mirar de un
modo animoso,
galoparon hacia la
puesta de sol en medio de toda la confusión.
Se encontraron en un
giro sin precedentes del destino:
para unos fue la salvación
de un futuro solitario
Para otros significó
sentirse de nuevo en un régimen casi sectario,
pero para todos fue
la visión de su casino.
(Ellos eran la banca,
siempre ganaban)
Al grito de guerra
<<Dooooooo>>, <<Boogie-boogie>> o similares,
entraron en batalla
contra la quietud y la calma
y emprendieron una
empresa contra toda alma
que osara conquistar
estos lares.
Su símbolo, la cabra
gritona;
su canción, no-sé-qué
tortellini;
sus pecados,
encontrarse en graciosa voluntad divina.