Un año más se celebra la gala con más pompa y circunstancia
del año. Y este año la pompa llega muy, muy pero que muy vacía; la circunstancia
siempre es la misma. El año pasado fue mejor, había varias películas más que
aceptables, tres buenas, un par muy buenas, por encima de los premios; pero
este año está así: dos películas casi malas (al menos tienen la decencia de
nominar cosas aceptables, pero están al límite), cuatro películas dentro del
campo que deben tratar estos premios y dos películas que están por encima del
resto, aunque no llegan al nivel de 12
años de esclavitud o El lobo de Wall
Street.
Y las nominadas a mejor película son:
American Sniper (El francotirador). Qué has hecho, Clint.
Pero qué has hecho. Sabía que iba a ser una americanada, pero joder, Clint
Eastwood es Clint Eastwood es Clint Eastwood. Y nada, intenta reflejar la
batalla interna del francotirador a la hora de disparar a un niño con una
granada en la mano, pero nada. Intenta reflejar cómo le persigue la guerra a
casa, pero nada. Bueno, la única secuencia interesante es la de Bradley oyendo
la guerra y mirando la tele apagada, pero es facilona. Intenta hace un Zero Dark Thirty, pero nada. Intenta
muchas cosas y no transmite ninguna, y un pavo que tiene 82 años (más o menos) debería
haber aprendido que es mejor centrarse en una cosa, y no en muchas. O, si como
Clint, ya tienes experiencia, pues joder, consigue transmitirme algo, aunque no
sea todo. Es que animaba a los “malos” para que acabase la película antes.
Birdman (or the
unexpected virtue of ignorance) [Birdman
(o la inesperada virtud de la ignorancia)]. Dirigida por Iñárritu, esta es
la única película demasiado grande para estos premios (junto con Boyhood). Tanto el contenido como la
forma (pedantemente hablando) son, como mínimo, buenos. El contenido está muy
trabajado y quizá algo forzado para que case correctamente con su “virtuosa”
forma de contarlo. Esta película hace las delicias de cualquier crítico-poeta
de turno, elevándola al séptimo cielo y usando metáforas y expresiones
similares a las que puedo usar yo. Pero lo cierto es que la película merece
casi todos los elogios que la tiran, sobre todo en cuanto al reparto y a los
movimientos de la cámara que, en mi humilde opinión, es un personaje más.
Boyhood. Esta
película padece de una curiosa maldición benigna: es menos de lo que parece,
pero parece menos de lo que es. Si te paras a pensar, el guión puede ser tanto
una obra maestra (por su gran y fidedigno reflejo de la vida de un niño blanco
americano) o un gran batiburrillo de anécdotas sin gracia o trascendencia en la
vida de un niño blanco americano. Por supuesto, mi extremismo en cuanto a
tolerancia opina que el guión no es tan malo, pero que en ningún momento es tan
bueno. De hecho, lo mejor que ha hecho Linklater es conseguir que el guión de
la película nos la sople de tal manera que solo queramos jugar a adivinar
cuándo se rodó qué, y admirar el trabajo de continuidad durante los doce años
que duró el rodaje. Idea: un documental sobre la película que se llame “12 años
de esclavitud”.
The Grand Budapest Hotel (El gran hotel Budapest). Personalmente, opino que este es el
gran puff del año. Y mira que me jode. Es una película entretenida, eso no lo
dudo, pero pudiendo haber premiado a Wes Anderson por Moonrise Kingdom, que me vengan ahora con esta película a la que le
sobran actores por todos los costados y con un surrealismo tan apegado a la
realidad que apenas puedes disfrutar de los momentos genuinamente buenos, me
toca las pelotas al por mayor. No es mala, no es mediocre, pero tampoco es de
premio.
The Imitation Game.
Por qué, señor, dejas que a los
académicos les pirren los biopics sosos, pero que tienen buena intención y
buenas ideas. Aquí les sale mal casi todo. Benedict lo hace bien, pero no
tanto. A penas se me ocurren cosas malas que decir, pero tampoco cosas buenas.
Está bien, punto. No ganará, y si lo hace… desterraré por siempre a los Oscar,
porque sería una pequeña gota que colmaría un vaso llenado durante muchos años.
Selma. Hay ciertas
ironías alrededor de esta película y la más importante de ellas es que está
nominada a mejor película pero no al resto de categorías gordas. Por otro lado,
The Imitation Game sí lo está.
Objetivamente hablando, esta película es mucho más poderosa, templada y sólida
que la anterior; pero nos encontramos ante una diferencia abismal: esta
película no tiene un actor de moda (a pesar de que lo hace mejor que bien) ni
caldea la moral británica en vez la moral americana. Y es que la directora de
esta película ha sido ninguneada en la categoría de dirección y su lugar lo
ocupa un hombre tan blanco como el más báltico. Esta película merecía un poco
más de presencia, y un poco menos de condescendencia por parte de los
académicos. Es la prima pequeña de 12
años de esclavitud, mucho más amable.
The Theory of Everything (La teoría del todo). Esta película se sustenta única y
exclusivamente en la actuación de Eddie Redmayne, apoyado por el resto de
actores y actrices, pero es él el que mantiene en pie una película mucho más
contenida de lo que podría haber dado un relato sobre el científico con la
historia de superación física más aplaudible desde que Demóstenes consiguiese
dejar de tartamudear (basado en hechos reales, pero esto es una broma, por si
no lo pilláis). Esta es la película perfecta para los Oscar, y quien diga lo
contrario se engaña a sí mismo/a. No me gusta que esta película sea el
prototipo perfecto de los premios, pero es lo que hay.
Whiplash.
Preparaos para la mayor paliza física que os llevéis en una sala de cine (o en
vuestras casas), porque el chaval no para de aporrear baterías en toda la
película. J.K. Simmons se come a Miles Teller una y otra vez, cada vez que
aparece en pantalla. Aunque siendo realistas, hasta la figuración más
desenfocada de la película se come a Miles Teller. Es una película que algunos
llamarían poderosa, con fuerza y garra; pero yo prefiero ser simple y decir que
es un peliculón, dentro de su fragante fallo en la elección del protagonista
que, si bien no me cae mal, me parece poco carismático el chico.
Mis premios.
Mejor película: Birdman
(or the Unexpected Virtue of Ignorance) (o la inesperada virtud de la
ignorancia).
Mejor dirección: Richard Linklater por Boyhood.
Mejor actriz: Rosamund Pike por Gone Girl (Perdida).
Mejor actor: Eddie Redmayne por The Theory of Everything (La
teoría del todo) y Michael Keaton por Birdman.
Ex aequo, lo siento, no puedo elegir uno.
Mejor actriz secundaria: Emma Stone por Birdman.
Mejor actor secundario: J. K. Simmons por Whiplash.
Mejor guión original: Dan Gilroy por Nightcrawler.
Mejor guión adaptado: Damien Chazelle por Whiplash.
Mejor película de animación: How to Train your Dragon 2 (Cómo
entrenar a tu dragón 2). Es la única que he visto, lo siento.
Mejor película de habla no inglesa: Relatos Salvajes. Es la única que he visto, lo siento.
Mejor fotografía: Emmanuel Lubezki por Birdman.
Mejor montaje: Sandra Adair por Boyhood.
Mejor banda sonora original: Hans Zimmer por Interstellar.
Mejor canción original: Lost
Stars de la película Begin Again.
Mejor diseño de producción: Nathan Crowley y Gary Fettis por
Interstellar. Aunque estoy en tercero
de CAV y aún no sé qué significa exactamente.
Mejor vestuario: Milena Canonero por The Grand Budapest Hotel (El
gran hotel Budapest). Es la única que he visto, lo siento.
Mejores efectos especiales: Paul Franklin, Andrew Lockley, Ian Hunter y Scott Fisher
por Interstellar.
Mejor
maquillaje y peluquería: Elizabeth Yianni-Georgiou y David White por Guardians of the Galaxy.
Mejor
edición de sonido: Martin Hernández y Aaron Glascock por Birdman.
Mejor
mezcla de sonido: Craig Mann, Ben Wilkins y Thomas Curley por Whiplash.
No me
matéis, sólo es mi opinión. Y tengo que trabajar con lo que me puedo. Pues
hala, os dejo en paz.