O cómo Marvel infravalora a sus genios y otros cuentos de la fábrica del
entretenimiento perfecto.
SPOILERS.
Es curioso cómo Marvel aprovecha el genio de los cineastas a los que contrata, porque nunca les saca el máximo jugo. Las gotas que han colmado el vaso en la batalla de la calidad contra la rentabilidad, han sido derramadas en las dos películas que ha estrenado Marvel-Disney este año.
Es curioso cómo Marvel aprovecha el genio de los cineastas a los que contrata, porque nunca les saca el máximo jugo. Las gotas que han colmado el vaso en la batalla de la calidad contra la rentabilidad, han sido derramadas en las dos películas que ha estrenado Marvel-Disney este año.
En un caso menos radical, en el que el consenso entre
cineasta y empresa se resolvió como se hizo con la Guerra Fría, Avengers: Age of Ultron es una película
que sienta cátedra en el género, convirtiéndose en una de las mejores épicas
que se han visto en los últimos años, seguramente desde El Señor de los Anillos, pero que falla en otros aspectos
igualmente importantes. Aquí las culpas hay que dividirlas muy ecuánimemente, aunque me niego a endosar un 50-50 entre Joss
Whedon y productores, por lo que creo que un 40-60, a favor de Whedon, es más
apropiado. Pero, ¿de qué hay que culparlos? En el caso de esta película, fallan
las subtramas de cada superhéroe y heroína (salvo la de Hawkeye), pero con
especial atención a la Viuda Negra. Yo he sido capaz de ver más allá del
montaje que han impuesto los productores, y el arco de la Viuda Negra no es
malo, de hecho su arco la transforma de ser una asesina con sangre fría, como
vimos en las anteriores películas, a ser un ser humano con deseos normales,
anhelos emocionales y defectos. ¿El problema? Que Whedon ha disparado muchas
balas, pero apenas ha acertado con ninguna, en parte por el poco tiempo de
pantalla que se podía permitir darle y en parte porque simplemente no ha acertado.
La subtrama de la Viuda Negra es la prueba irrefutable que Marvel debería haber
hecho una película para ella en solitario, donde explorar todas las cuestiones
que Whedon plantea y darles respuesta, algo que no ocurre aquí. Además de la
infumable relación de la Viuda Negra con Bruce Banner, que pretenderemos que no
existe.
En el caso más radical, Marvel despidió con todas las de la
ley a Edgar Wright, cineasta que llevara a la gran pantalla a Ant-Man, pero que
su visión para la película chocó demasiado con la de la empresa. Una
reescritura de guión y un cambio de director después, el genio de Edgar Wright
traspasa las barreras de Marvel y su marca y estilo son aún distinguibles, aunque
con mucha más pobreza, en el resultado final. El resultado final es muy
divertido, pero gran parte de las escenas del primer acto están resueltas de
manera tan automática que parece que estamos viendo una película de sobremesa.
Y, en este caso, ¿quién tiene la culpa? Si en la anterior película la culpa se
dividía bastante parecida, aquí me temo que hay de darle la categoría de víctima
casi irrefutable a Edgar Wright (y su coguionista Joe Cornish), repartiendo un
20-80 a favor de Wright, porque se negó a acepar los términos que sí aceptó
Whedon. A parte del estilo y la resolución de las escenas desde el punto de
vista de la dirección, es cierto que la película no levanta tantas polémicas
como Age of Ultron, en gran parte
porque no hay tantos personajes a los que maltratar, aunque personalmente echo
de menos más presencia de Hope-futura-Avispa.
Pero no todo son dramas en la viña de Marvel, de hecho, estos
dramas y tragedias y problemas pueden considerarse excepción, de momento,
esperemos que en la fase tres no se conviertan en norma. Así pues, ¿hay
aciertos en Age of Ultron y Ant-Man? Sí, muchos. Las dos películas
introducen tres nuevos superhéroes (Ant-Man, Vision, Quicksilver), lo cual está
bien, aunque uno de ellos muere (Quicksilver o Mercurio), pero lo más
importante es que, de hecho, ambas películas introducen a la superheroína
número 2 (Scarlet Witch o Bruja Escarlata) y a la superheroína número 3 (Wasp o
Avispa), aunque una de ellas no llegó a ejercer en su película. Ahora solo
falta esperar a Capitana Marvel y coger, yo qué sé, a Skye de Agents of S.H.I.E.L.D. y ya podemos
hacer película de A-Force. Otros
aciertos: Ant-Man es una de las películas más divertidas y cómicas de Marvel,
una vez consigues pasar los primeros 15-20 minutos, y la ubican inmediatamente
en la liga de Iron Man, la primera Avengers, Captain America: The Winter Soldier y Guardians of the Galaxy, y muy por encima de las de Thor, la
primera del Capitán, la de Hulk y las dos últimas de Iron Man; Age of Ultron nos presenta a Vision y
eleva a Hawkeye a la altura de los mejores superhéroes, metiéndolo en la liga
de Tony Stark, Natasha Romanoff, Star-Lord y el recién llegado Scott Lang; Ant-Man también nos regala un bonus con
el Ant-Man y la Wasp originales allá por los años ochenta, y el personaje de
Hank Pym, un anti-héroe ya viejo y pasado de rosca que está a dos pasos de ser
un villano. Como he dicho, muchas cosas buenas en ambas películas.
Marvel ha entrado en una dinámica en los últimos años de
hacer películas o buenas o muy buenas que nunca atraviesan la barrera de la
maestría y la genialidad (salvo Guardians
of the Galaxy), pero que tampoco bajan a la categoría de ordinariez y
vaguería (salvo Thor: The Dark World
y Iron Man 3) y esto se debe a que
saben lo que se hacen y cada vez contratan a más genios de la profesión a los
que atan en corto y evitan que hagan verdaderas obras maestras, aunque lo hacen
por razones que desconozco.
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