No hay SPOILERS como tal, pero puede inducir a mucho HYPE y EXPECTATIVAS. Quien avisa, no es traidor.
Es de noche, y hay algo que ronda por la ciudad. No sabes
muy bien qué es, a penas distingues las sombras que la tenue luz de la calle
proyecta en tu habitación. Tienes el ordenador encendido.
Tienes Netflix abierto, ya has visto Daredevil y estás a punto de acabar Jessica Jones. Y no sabes qué hacer con tu vida cuando acabes los
veinte minutos que te quedan.
Marvel y Netflix han conseguido algo que tantos han
intentado. Nolan quiso que Batman fuesen películas maduras y potentes, que
fuesen intelectuales y planteasen dilemas morales, pero sabes que no lo
consiguió cuando tuvo que recurrir al caótico y errático Joker. No me
malinterpretéis, el Joker es sin duda alguna el tercer mejor villano de todos
los que han sido adaptados al cine o la televisión. Pero palidece cuando lo
enfrentas al Fisk de Daredevil o al
Kilgrave de Jessica Jones.
El proyecto de Netflix con Marvel ha ganado enteros al
confirmarse con Jessica que lo de Murdock y cía. no fue un espejismo. A estas
dos series les han dado ritmo, forma y solidez sus villanos. Alguien por algún
lado decía que un superhéroe es tan grande como lo sea su villano, y tanto Fisk
como Kilgrave son muy grandes. Son los villanos mejor escritos de los últimos
200.000.000 años porque ambos, en sus múltiples diferencias, comparten un
elemento crucial: llegas a empatizar con ellos.
En Fisk encuentras a tu yo asustado y huidizo, explosivo y
violento que intenta reprimir todos sus pensamientos e instintos en pos de un
fin mayor, sin conseguirlo. Ves cómo persigue una felicidad mundana, vulgar
incluso, quiere ser una persona más, pero para ello necesita exorcizar sus
demonios a través de métodos cuestionables. Incluso encuentra el amor, algo que
parecía reservado sólo para los héroes de estas fábulas americanas y ves cómo
el supuesto héroe del relato se lo quita. Y por eso te da pena, a pesar de las
atrocidades.
Sin embargo, en Kilgrave se refleja tu lado más vicioso y
ambicioso, el nuestro yo impotente, que busca el poder mediante la palabra y la
prestidigitación verbal y manipulativa. Y es, como Fisk, un hombre sumiso de
sus deseos mundanos. En Kilgrave ves a tu yo enamorado sumido en una vorágine
de perversión, trauma y desolación, ves a un hombre incapaz de amar, querer o
empatizar y comprendes que esto lo ha vuelto loco y ajeno a la sociedad. Y por
eso te da pena, a pesar de las atrocidades. Aunque las de Kilgrave son mucho
peores que las de Fisk.
Murdock y Jones, especialmente ella, son personajes
catapultados a los confines de la barbarie y son los únicos superhéroes del MCU
que caminan la línea que separa al héroe del villano, al ángel del caído.
Recorren umbrales más ambiguos y oscuros que el Batman de Nolan jamás alcanzó
porque, al final, siempre se alejaba de la línea y se arropaba en la clásica
estrategia “héroe es bueno, villano es malo”.
Y, por supuesto, hay que perdonar a Melissa Rosenberg que
escribiese los guiones de las películas de Crepúsculo
porque ha tratado a Jessica como un súper más, sin etiquetar el “female” que
tanto les gusta usar a los americanos, y consiguiendo un personaje mucho más
rico en matices que Matt y, a la vez, más típico. Es difícil para mí no
comparar a Jessica con Veronica Mars, la detective privada adolescente
interpretada por Kristen Bell en la que tuvo un papel importante Krysten Ritter
(Jessica Jones), porque las similitudes son demasiadas para llamarlo
coincidencia. Pero bienvenida sea Jones, que no debe conocerse como la primera
superheroína en protagonizar su serie, sino como uno de los mejores personajes
heroicos del MCU hasta la fecha, sino el mejor.
Así que acabas el último capítulo de la última serie
Marvel-Netflix hasta la fecha y te quedas mirando la pantalla. Ya conoces al
siguiente protagonista: Luke Cage. Y sabes que antes de ver a Murdock y Jones
compartir pantalla, vas a ver una serie más, sobre alguien con puños de hierro.
No puedes esperar y empiezas a fantasear. Te descargas Alias, la tira en la que se ha basado la serie de Jones.
Y las sombras que penetran por la ventana se disipan. Miras
fuera y ves cuatro siluetas en la calle, mirándote. Murdock sube
acrobáticamente por el edificio al otro lado de la calle y se aleja saltando
tejados. Jones salta y no vuelve a aterrizar. Cage te sonríe y llama a tu
puerta. La cuarta silueta, carente de cara, se queda quieta. Parpadeas y no hay
nadie a la vista. Vuelves la vista al ordenador y vuelves a darle al botón de play en el primer episodio de Jessica Jones.
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