jueves, 30 de julio de 2015

Ultron vs. Ant-Man

O cómo Marvel infravalora a sus genios y otros cuentos de la fábrica del entretenimiento perfecto.

SPOILERS.

Es curioso cómo Marvel aprovecha el genio de los cineastas a los que contrata, porque nunca les saca el máximo jugo. Las gotas que han colmado el vaso en la batalla de la calidad contra la rentabilidad, han sido derramadas en las dos películas que ha estrenado Marvel-Disney este año.

En un caso menos radical, en el que el consenso entre cineasta y empresa se resolvió como se hizo con la Guerra Fría, Avengers: Age of Ultron es una película que sienta cátedra en el género, convirtiéndose en una de las mejores épicas que se han visto en los últimos años, seguramente desde El Señor de los Anillos, pero que falla en otros aspectos igualmente importantes. Aquí las culpas hay que dividirlas muy ecuánimemente,  aunque me niego a endosar un 50-50 entre Joss Whedon y productores, por lo que creo que un 40-60, a favor de Whedon, es más apropiado. Pero, ¿de qué hay que culparlos? En el caso de esta película, fallan las subtramas de cada superhéroe y heroína (salvo la de Hawkeye), pero con especial atención a la Viuda Negra. Yo he sido capaz de ver más allá del montaje que han impuesto los productores, y el arco de la Viuda Negra no es malo, de hecho su arco la transforma de ser una asesina con sangre fría, como vimos en las anteriores películas, a ser un ser humano con deseos normales, anhelos emocionales y defectos. ¿El problema? Que Whedon ha disparado muchas balas, pero apenas ha acertado con ninguna, en parte por el poco tiempo de pantalla que se podía permitir darle y en parte porque simplemente no ha acertado. La subtrama de la Viuda Negra es la prueba irrefutable que Marvel debería haber hecho una película para ella en solitario, donde explorar todas las cuestiones que Whedon plantea y darles respuesta, algo que no ocurre aquí. Además de la infumable relación de la Viuda Negra con Bruce Banner, que pretenderemos que no existe.

En el caso más radical, Marvel despidió con todas las de la ley a Edgar Wright, cineasta que llevara a la gran pantalla a Ant-Man, pero que su visión para la película chocó demasiado con la de la empresa. Una reescritura de guión y un cambio de director después, el genio de Edgar Wright traspasa las barreras de Marvel y su marca y estilo son aún distinguibles, aunque con mucha más pobreza, en el resultado final. El resultado final es muy divertido, pero gran parte de las escenas del primer acto están resueltas de manera tan automática que parece que estamos viendo una película de sobremesa. Y, en este caso, ¿quién tiene la culpa? Si en la anterior película la culpa se dividía bastante parecida, aquí me temo que hay de darle la categoría de víctima casi irrefutable a Edgar Wright (y su coguionista Joe Cornish), repartiendo un 20-80 a favor de Wright, porque se negó a acepar los términos que sí aceptó Whedon. A parte del estilo y la resolución de las escenas desde el punto de vista de la dirección, es cierto que la película no levanta tantas polémicas como Age of Ultron, en gran parte porque no hay tantos personajes a los que maltratar, aunque personalmente echo de menos más presencia de Hope-futura-Avispa.

Pero no todo son dramas en la viña de Marvel, de hecho, estos dramas y tragedias y problemas pueden considerarse excepción, de momento, esperemos que en la fase tres no se conviertan en norma. Así pues, ¿hay aciertos en Age of Ultron y Ant-Man? Sí, muchos. Las dos películas introducen tres nuevos superhéroes (Ant-Man, Vision, Quicksilver), lo cual está bien, aunque uno de ellos muere (Quicksilver o Mercurio), pero lo más importante es que, de hecho, ambas películas introducen a la superheroína número 2 (Scarlet Witch o Bruja Escarlata) y a la superheroína número 3 (Wasp o Avispa), aunque una de ellas no llegó a ejercer en su película. Ahora solo falta esperar a Capitana Marvel y coger, yo qué sé, a Skye de Agents of S.H.I.E.L.D. y ya podemos hacer película de A-Force.  Otros aciertos: Ant-Man es una de las películas más divertidas y cómicas de Marvel, una vez consigues pasar los primeros 15-20 minutos, y la ubican inmediatamente en la liga de Iron Man, la primera Avengers, Captain America: The Winter Soldier y Guardians of the Galaxy, y muy por encima de las de Thor, la primera del Capitán, la de Hulk y las dos últimas de Iron Man; Age of Ultron nos presenta a Vision y eleva a Hawkeye a la altura de los mejores superhéroes, metiéndolo en la liga de Tony Stark, Natasha Romanoff, Star-Lord y el recién llegado Scott Lang; Ant-Man también nos regala un bonus con el Ant-Man y la Wasp originales allá por los años ochenta, y el personaje de Hank Pym, un anti-héroe ya viejo y pasado de rosca que está a dos pasos de ser un villano. Como he dicho, muchas cosas buenas en ambas películas.

Marvel ha entrado en una dinámica en los últimos años de hacer películas o buenas o muy buenas que nunca atraviesan la barrera de la maestría y la genialidad (salvo Guardians of the Galaxy), pero que tampoco bajan a la categoría de ordinariez y vaguería (salvo Thor: The Dark World y Iron Man 3) y esto se debe a que saben lo que se hacen y cada vez contratan a más genios de la profesión a los que atan en corto y evitan que hagan verdaderas obras maestras, aunque lo hacen por razones que desconozco. 

martes, 10 de marzo de 2015

Gurú de fiestas.

El o la Gurú de fiestas es una especie en abundancia y, desde hace poco, lejos de estar en peligro de extinción. Es de hecho, uno de los pocos datos en positivo que hay en la España actual: mientras todo cae, los y las gurús de las fiestas aumentan exponencialmente.
Se trata de un ser humano cuya finalidad es vivir por y para la fiesta. Sin sorpresas en las encuestas realizadas por nadie, España es la región donde más variedades y más cantidades abundan. Aunque con metodologías absolutamente diferentes, y con resultados radicalmente alternos, los y las gurús de las fiestas tienen como objetivo dos metas claras: que empiece la fiesta y que siga por todo lo alto, al menos, hasta el amanecer. Absolutamente todos tienen como grito de guerra las variantes del “tenemos que salir de fiesta”.

Gurús Expertos: son los más comunes en España y se identifican gracias a unas conductas concretas de comportamiento. Los Expertos, curiosamente de una mayoría masculina, son aquellos Gurús que querrán instruir en el arte de la fiesta, la “party” y la marcha a aquellos y aquellas más reticentes a la misma, y se apoyarán en los fiesteros y fiesteras que estén de acuerdo con dicho Gurú. Esta instrucción será agresiva y cruel y apelará al “macho interior” de los hombres y a la “zorrilla interior” de las mujeres, todo desde el respeto que merece, aunque siempre hay excepciones y en este caso la excepción es la regla. Este Gurú no entenderá de disculpas y atribuirá todos sus actos al bien mayor, luego al bien de la fiesta. Este Gurú no necesita ser el centro de atención, e incluso apreciará que le dejen tranquilo, o tranquila, mientras charla animosamente, y ebriamente, con sus amigos. En todos los casos, buscará un lugar familiar y conocido para no tener que organizar gran cosa.

Gurús Organizativos: se trata de una variante que procede de los países anglosajones, aunque también está presente en nuestro país. Se dice de este Gurú que tiene más especímenes femeninos que masculinos, y mientras que hace veinte años tal podría haber sido el caso, actualmente se encuentra en un porcentaje 50-50. Este Gurú organizará la fiesta siempre en un lugar que haya visitado con anterioridad, pero no necesariamente un lugar familiar o conocido, y se encargará de que todo esté en orden durante el evento: proveerá distintos tipos de comidas y bebidas, diferentes áreas de recreación y, dependiendo de la clase social, llevará un DJ o simplemente una lista de reproducción en el Spotify que satisfaga tantos gustos musicales como pueda. Este Gurú abunda en generosidad y no permite que sus preferencias gustativas, sexuales, románticas, musicales o de cualquier otro tipo interfieran en el buen desarrollo de la fiesta. Estará atento a todos los comensales y no descansará hasta que el último invitado haya dejado la fiesta.

Gurús Narcisistas: este espécimen destaca por su escasez y, sin embargo, gran pompa y circunstancia. No le gusta organizar la fiesta, pero ésta ha de ser en su honor. Este espécimen, prácticamente limitado a las clases sociales más adineradas, contratará a gente que organice la fiesta por ellos y ellas y se limitará a deambular por la fiesta saludando a todos esos amigos y amigas que tiene y que le aman y veneran, para demostrar que es lo más. También ofrecerá galas de beneficencia para demostrar que a generoso no hay quien les gane, aunque los beneficiados de su dinero le importen un pito.

Gurús Inexpertos: estos son los más comunes en todo el mundo y, en cierto sentido, toda persona es un Gurú Inexperto. Son aquellas personas que consiguen que un grupo de gente salga de fiesta, a modesta escala. Modesta escala: entre 3 y 12 personas que están de fiesta entre 2 y 5 horas, con el toque de queda voluntario a las tres de la madrugada; en cuanto se exceda el número de personas y/o la cantidad de tiempo, ya entramos en los terrenos de los descritos anteriormente.



Por supuesto, estas declaraciones acerca de las y los Gurús de fiesta son absolutamente inventadas y no existen más que en el terreno de lo conjetural.