Pongamos que estás desayunando, ¿vale? Digamos que,
aparentemente, estás desayunando bien, lo de siempre, lo habitual. Ya sea una
simple taza de café o un desayuno de primero, segundo y postre, tienes que
empezar y acabar, ¿no? Pues bien, pon que empezaste a desayunar bien, con
hambre (o no, pero ya tienes la costumbre de desayunar y tampoco quieres
empezar el día con el estómago vacío o privándote de un té humeante bien
sabroso) y sin nada raro. Ahora bien, llega el final del desayuno, te falta
nada más que medio vaso de leche con cola cao y medio pan de leche y empiezas a
sentir un cosquilleo en la nariz. Aguantas el estornudo porque estás masticando
un trozo de ese bollo industrial que tanto te gusta y sufres bastante, pero da
igual porque no quieres poner la mesa perdida. El problema, es que con el estornudo
viene un moco escurridizo que se desliza por el
techo de tu fosa nasal hasta que está en el borde. Ya solo te queda
beber la mitad del vaso y habrás acabado. ¿Qué hacer? ¿Me levanto y cojo un
pañuelo y me sueno la nariz? ¿Me arriesgo a que el moco se caiga en la leche?
Pues no haces ninguna: levantas la cabeza levemente, para evitar que el moco
caiga y te llevas la taza, o el vaso, a la boca sin mirar. Consigues atinar y
beberte la leche, o el té, o el café, sin derramar una sola gota. Pero el moco
sigue ahí y el cosquilleo provoca que quieras estornudar otra vez. Entonces
piensas que, antes de eso, deberías recoger la mesa, así que llevas los trastos
a la cocina rápidamente, respirando por la boca y mirando un poco al techo. Por
fin, eres libre de coger el pañuelo y soplar muy fuerte. Y lo que sientes,
piensas, es un alivio tan brutal que te atreves a compararlo al placer del
orgasmo sexual, al placer del dolor de la agujetas y al placer de dormir cinco
minutos más sin remordimientos de conciencia. Y, piensas, que, de hecho, es mucho
más placentero que todo eso junto; porque por fin respiras, por fin la nariz
deja de hacer cosquillas y sus paredes están secas y libres de mocos. Y eso,
queridos amigos, eso es libertad.
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