Sublime entrecot de
abeja,
Religioso suave bistec
amarillo,
Crujiente hueso de
armadillo,
Apaleada blanca lana
de oveja.
Tristemente
emparentada ardilla,
Reciclada en los
muelles con ceja,
Que era hallada clavada
con una reja,
Se comió toda esa deliciosa
maravilla.
Indispuesto estómago
de tal animal
No sintió nada al ser
atravesado,
Pues la estocada fue
bastante cordial.
El cuerpo quedó a
penas desgastado
Y, maquillado para una
fiesta formal,
Sangra vísceras y
yace pulcro y atusado.
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