Quantum of
Solace
Dirección:
Marc Foster. Guion: Paul
Haggis, Neal Purvis, Robert Wade. Reparto: Daniel Craig, Olga Kurylenko, Judi
Dench.
Menos profunda y más
rápida y ágil que la anterior, en esta película Bond nos ofrece una de las
mejores cintas de acción-aunque las mejores son las de Bourne-. Tras un inicio
aún mejor que el de la primera, y sin necesidad de prólogo-pues el final de la
anterior nos introduce de lleno en esta-, las hostias se suceden sin parar.
Incluso la chica Bond reparte estopa a diestro y siniestro.
Una
dirección que no tiene mucha personalidad y que sin lugar a dudas intenta
imitar las películas de Bourne pone de manifiesto que lo que necesitan las
películas de Bond-por lo menos del Bond de Craig- es un director que sepa lo
que se hace y que no busque refugio en lo que anteriormente tuvo éxito, y que
si lo hace, sepa hacerlo.
El
guion de esta cinta, aunque no lo parezca, es mucho más simple que el de su
antecesora lo cual facilita mucho el disfrute de la película aunque deje de
lado las reflexiones que pudiese haber en Casino Royale. Y aunque es cierto
(como dice Cinemanía) que Bond pasa a
ser una máquina de matar sin remordimiento alguno, aún le quedan algunos
retales de sus sentimientos pasados.
Un poco
más protagonista es M, que se deja ver por las escenas de los hechos y que
incluso sufre en sus carnes la violencia que rodea al 007. Menos protagonismo
tiene la otra chica Bond, Gemma Artenton, pero está espectacular-físicamente y
actoralmente hablando- en lo que es su rol: chica objeto que cae bajo los
encantos de Bond. Jeffrey Wright aporta su granito de arena, y devuelve un
favor. Por otro lado está el villano, que en realidad no lo parece. Es como si
no tuviese una personalidad como la de Le Chiffre, es incluso vulgar, humano.
Es decir, eligen al enemigo más humano en el momento del Bond de Craig más
animal y menos humano.
Pero
tiene algo la cinta que hace que me guste más que la anterior. No se alarga, no
se queda en un limbo durante minutos interminables. Echo en falta la pizca de
locura que tenía Bond en la tortura de Casino Royale, así como la locura del
villano. El alma de la película no es suya propia, la toma prestada de la
trilogía Bourne, y hace que no nos creamos que sea tan fácil matar, sobretodo
si nos obcecamos-como he hecho yo- en compararla con la anterior. Es, para mí y
para casi nadie más, la mejor de las dos que llevamos, por lo menos en lo que a
acción se refiere. Me gustan más los personajes de la anterior, pero me puede
la acción. Lo siento.
Lo mejor: el inicio,
la independencia del personaje de Kurylenko y la caza en la ópera.
Lo peor: que intente
imitar a Bourne y lo efímero del personaje de Artenton.
7’5 sobre 10
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