viernes, 1 de noviembre de 2013

60

¡Oh, delicioso y paranoico otoño!
¿Cuántas cabezas más vas a cortar?
¿Cuántas almas has conseguido desarmar?
¡Oh, lluvioso y frío otoño!

Ríos de misceláneos pensamientos recorren la explanada
fría y descompuesta en materiales otoñales,
marrones de tristeza, y lúgubres canales
abiertos en un destello violeta, misteriosa entramada.

¡Oh, delicioso y paranoico otoño!
¿Cuántas cabezas más vas a cortar?
¿Cuántas almas has conseguido desarmar?
¡Oh, lluvioso y frío otoño!

Fluidas lágrimas abigarradas en un escenario opaco,
maltratadas por el tiempo que en mí estuvieron encerradas,
fluyen por fin por los cauces de cara demacrada,
esperando ser absorbidas por el filtro de un cigarro de tabaco.

¡Oh, delicioso y paranoico otoño!
¿Cuántas cabezas más vas a cortar?
¿Cuántas almas has conseguido desarmar?
¡Oh, lluvioso y frío otoño!

Destellos grises de felicidad fingida,
abstraída por una alienación cognitiva,
rezuman por los poros de piel corrosiva
convertidos en vapor de sal y pimienta podrida.

¡Oh, delicioso y paranoico otoño!
¿Cuántas cabezas más vas a cortar?
¿Cuántas almas has desarmado ya?
¡Oh, lluvioso y frío otoño!
¿A caso esta desdicha es solo para mí,

o se la guardas a alguien más?

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