Él era aire y ceniza.
También era un ser apagado.
Pero volaba y reía.
Tenía al viento de su lado.
Se refugió bajo mármol.
Él era tierra y ceniza.
Nadie encontró su árbol.
Y cavaba y reía.
Rompió su cáscara de cieno.
Él era agua y ceniza.
Todos cayeron del cielo.
Pero nadaba y reía.
Ahuyentó los fantasmas del
pasado.
Él era fuego y ceniza.
Cualquiera se convertía en
barro.
Y él ardía y reía.
Él era aire.
Él era tierra.
Él era agua.
Él era fuego.
Pero, sobre todo, él era ceniza.
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