viernes, 28 de junio de 2013

Monsters University o cómo Pixar juega con nosotros

Ya era hora de que veinte años (o así) después de que Pixar tomara forma se le acabasen las ideas originales que conjugasen éxito de crítica y éxito taquillero y se viesen obligados a retomar aquellas películas que se habían quedado huérfanas de secuela. Y bendita falta de creatividad original.

Monsters University es la primera película de animación –de la que tengo consciencia– hecha para el uso y disfrute de los universitarios primerizos (un servidor) que además es capaz de hacer reír a los niños y a los adultos –o esa es la impresión que me llevé al escuchar la sala de cine. No es tan original como otras películas de la casa pero el fin de este tipo de películas lo alcanza holgadamente: entretiene, divierte y, lo digo de nuevo, hace reír.

Quizá sólo haya un par de momentos en los que la película pierde fuelle, o igual es que necesita repostar, pero una cosa es segura: no quise mirar la hora en ningún momento.

Poco más que decir de esta pequeña obra maestra (obviamente no es la mejor de Pixar, pero tampoco es la peor) salvo que te hace sentir de nuevo como un niño en la butaca del cine y es de las pocas que me dieron ganas de aplaudir cuando acabó. 

domingo, 23 de junio de 2013

Poesía no eres tú

Un cigarrillo en la boca,
la luna reflejada en el mar,
la colisión del sueño;
no, no es poesía.

El enigma de tus labios,
la mirada de tus ojos,
el pensamiento de los sabios;
no, no es poesía.

El martillo de Thor,
la vida de una mariposa,
tus manos suaves;
no, no es poesía.

Poesía es hablar,
escribir y no vivir.
No puede ser amor,
amor es actuar,
demostrar y no escribir.
La poesía mata la vida,
nos enseña a no gastarla, a no usarla.
Poesía es absorción, destrucción;

por eso, poesía no eres tú.

sábado, 22 de junio de 2013

Solapas de camisa

Solapas de camisa
y Amigos de la risa
han tardado años en hablar.

Sinceros como truenos
clavaron sus cabellos
en un recoveco singular.

El susurro de las primeras
augura una arruga
que su cielo quiere taladrar.

El berrido de los segundos
inaugura la taberna
que te escucha galopar.

Mentirosos como púas
acariciaron las pieles
pues quisieron escuchar;
quien quiso tu derrota
solo escucha una canción,
en vez de odiar.

Ahora es Zeus quien rezuma suero
para tus penas y recuerdos
y sus propios derroteros borrar.

¡Esto es el fin de una locura,
el principio del final
y una pequeña muestra de tu par!



viernes, 21 de junio de 2013

El bulevar menos transitado de Madrid

El silencio inunda la calle. Apenas un coche o dos pasan por ella, rompiendo su quietud. La luz de la luna no sirve para nada, las farolas desprenden su radiación amarilla matando cualquier atisbo de luminosidad pura. Desde mi sucia ventana observo que nadie camina por la acera. Me pongo pensativo, filósofo. Con los ojos fijos en los automóviles aparcados, navego buscándome en mi interior. Pero no hay nada, absolutamente nada. Apenas una idea o dos pasan por mi mente, rompiendo la ignorancia que me hacía feliz. Mi creatividad queda paralizada, las luces de Internet toman mi conciencia arrancando cualquier atisbo de creación pura. Desde mi atalaya observo el mundo, y no lo entiendo. Me pongo nervioso, inquieto. Decido soñar la vida y vivir del sueño, sigo en mi atalaya. Anhelo un rescate, la salvación; pero soy un hombre, y mi conciencia me dice que debería ser yo el que fuese al rescate de una mujer. Y lo odio. Se espera tanto de mí, y lo odio. No puedo dar más de lo que tengo, y no tengo nada más que la certeza de vivir en el bulevar menos transitado de Madrid.

domingo, 16 de junio de 2013

Esas canciones

Una bocanada de aire fresco
que inunda mis pulmones
trae consigo mis temores,
y recuerdos de repuesto.

Olvidé aquellos sermones
y el sabor del agrio pesto,
probé a aceptar un reto
y a oler los colores.

Un niño aletea presto,
sin miramientos o temblores,
ignorando los tumores
y a vivir siempre dispuesto.

Y escucho esas canciones;
unas me gustan y otras detesto,
pero todas traen consigo sentimientos.
¡Oh, nunca renunciaré a mis pasiones!


miércoles, 12 de junio de 2013

Las aventuras de Boogieman. Acto primero II.

Escena 2
En el amor y en la guerra...

La multitud se agolpa a las puertas de la iglesia grecorromana. Un hombre y una mujer le dan la espalda. El hombre es Boogieman y la mujer es Rhythmgirl.

BOOGIEMAN
Alegra esa cara, dulce ninfa danzarina. El pueblo está furioso, la mar está en calma y los dragones que baten sus alas poco a poco se cansan.

RHYTHMGIRL
Pero, ¿a qué precio? Por muchos que seamos, hemos alimentado a los dragones tanto que ya no nos necesitan. Les hemos dado alas.

BOOGIEMAN
Eso es lo bonito. Nuestra estupidez solo es superada por nuestra fuerza de voluntad que muy en el fondo espera incansable hasta que, por fin, sale a luchar. Nadie ha de temer. La guerra es una fuerza purgadora.

RHYTHMGIRL
La última vez que alguien dijo eso... No debemos olvidar aquella última vez...

BOOGIEMAN
Yo no amo la violencia. Yo... Yo no amo la violencia. Solo creo en ella cuando el dragón nos abrasa sin piedad.

RHYTHMGIRL
Pero la violencia engendra violencia. Alguien lo dijo, no recuerdo quién.

BOOGIEMAN
Un conformista.

RHYTHMGIRL
Un pacifista.

BOOGIEMAN
Un idiota.

RHYTHMGIRL
Un gran hombre.

BOOGIEMAN
Quizá. Mujer no pudo ser, sois beligerantes.

RHYTHMGIRL
No tolero esa ofensa. Retira tus palabras, malnacido, o prepárate.

BOOGIEMAN
¿A qué?¿Una paliza?¿Una pelea?

RHYTHMGIRL
No. A un sabotaje. Te retiraré la palabra.

BOOGIEMAN
Muy bien, agria sierva de los dragones. Me importa bien poco tu palabra. Son única y exclusvamente palabras.

RHYTHMGIRL
Perfecto. Adiós, guerrero asesino. Me iré.

BOOGIEMAN
Como quieras, princesa masturbadora. Maldigo el día que te conocí, pues fue un mal día. Maldigo tus estrellas, tus ojos y tus malditas neuronas portadoras de enfermedad, dragona.

Se quedan en silencio, y este es incómodo. La multitud grita. Rhythmgirl quiere salir de la plaza, pero...

BOOGIEMAN
Maldigo el día en que te conocí, ramera, pues Cupido me regaló una flecha envenenada, y ahora...me duele el alma.


Mas la heroína ya se había ido. No había oído tales palabras. Boogieman se lo tenía bien merecido.

miércoles, 5 de junio de 2013

Las aventuras de Boogieman. Acto primero.

Escena 1
Carta de presentación
En un paraíso veraniego, arropados por árboles y hierbajos, dos jóvenes -hombre y mujer- están sentados bajo un manzano...

RHYTHMGIRL
¿Qué resquebraja tú mente, querido?¿Qué ansía tu corazón?

BOOGIEMAN
Mi cabeza explota por saturación, muchas ideas mas ninguna concreta. Y mis deseos son tenebrosos y oscuros, nada buenos.

RHYTHMGIRL
Eres un buen hombre, no maldigas vanamente tu existencia. Otros muchos han perecido creyendo ser dioses aunque en realidad tan sólo de rufianes se tratase. ¿Quién osa envenenarte con tales pensamientos, querido?

BOOGIEMAN
Soy yo mismo, me temo. La embriagadora belleza de nuestro alrededor me sumerge en un halo de desesperación. ¿Cómo yo, humilde ser humano, podré rivalizar con semejante maravilla y conquistar el corazón de mi amada?

RHYTHMGIRL
Una vez un hombre me dijo que la estupidez reside en uno mismo y que la reflejamos en los demás.

BOOGIEMAN
¿Qué moraleja tratas de enseñarme, rítmica ninfa?

RHYTHMGIRL
Que sólo los hombres sabios se echan la culpa a sí mismos.

BOOGIEMAN
¿Y las mujeres?¿No son sabias?

RHYTHMGIRL
Obvio es. Nuestra existencia siempre se basó en esclavitud suvizada, hemos sido oprimidas. Pero eso no quiere decir que no lo seamos.

BOOGIEMAN
Pues no limites a tu género. Habla de personas, de humanos, y no de hombres sin piedad y sedientos de idiotez.

RHYTHMGIRL
Sea así pues. Las personas sabias se echan la culpa a sí mismas.

BOOGIEMAN
Pero no soy sabio. Sé poco de mucho y mucho de nada.

RHYTHMGIRL
¿Y acaso eso no es sabiduría?¿Conciencia de la ignorancia de uno mismo?

BOOGIEMAN
No, sabiduría era Sócrates: conciencia de la ignorancia de sí mismo y ansia de aprender. Pero yo no quiero aprender, no quiero saber. Cito textualmente:"I'd far rather be happy than right any day".

RHYTHMGIRL
"And are you?"

BOOGIEMAN
"No. That's where it all falls down, of course".

RHYTHMGIRL
De acuerdo, no eres sabio. Al menos permíteme decir que no eres tonto.

BOOGIEMAN
Te lo permito, por supuesto. Un cumplido siempre es bienvenido. Alimenta mi ego.


El silencio cae en aquel Edén de misericordia y palabrería. Poco a poco, la noche cae mientras ambas personas observan el cielo en silencio.

lunes, 3 de junio de 2013

Un hipócrita sociópata

Una noche apacible, sin nada extraño, se cierne sobre Madrid. Poco a poco las luces se encienden en los edificios circundantes. El sol aún no se ha ido pero la oscuridad empieza a escarbar en la ciudad. Mi ordenador está encendido, para variar. Una red social tras otra aparece en la pantalla. Mi mente está absorbida por ellas, es una mala enfermedad. Me une a los antiguos amigos, me acerca a los actuales cuando están lejos. Me permite observarla a ella sin ser visto, y eso me aterra. Esta enfermedad nos convierte a todos en voyeurs de poca monta, inocentes; eso da miedo. Y entonces, el móvil vibra. Otro nexo más se abre. Nos comunicamos mucho, hablamos mucho. Decimos muy poco.

Tras un par de horas sentado frente al ordenador sin hacer nada, y haciendo de todo, me decido a cambiar de sitio. Me levanto y cojo el móvil. Al sofá. La televisión está encendida, pero no la veo ni la escucho. Mis padres hablan. Y yo, al móvil. Incluso cuando la marea está calma miro el móvil. Una necesidad insana, desesperada. Echo cuentas. Tantas horas, tantos minutos… Realmente estoy enfermo. Pero dentro de la enfermedad, soy de los sanos. A fin de cuentas hago otras cosas: leo, escribo, veo cosas.

Y me doy cuenta de que la televisión está ya apagada, mis padres roncando. Y yo, al móvil. Cuánta patraña. En un principio el móvil me pareció la salvación: hablaba con la gente (hasta les contaba mis problemas), ¡hablaba! Pero ahora me doy cuenta de que no decía nada. ¿De qué sirve escribir en un teclado mirando a una pantalla sentado si luego, a la hora de la verdad, soy incapaz de pronunciar palabra o actuar? ¿Sólo es mi forma de ser o es acaso un verdadero problema?¿Acaso no nos acerca en la distancia y nos aleja en la cercanía?

Y entonces maldigo. No necesito un dios al que culpar, unos padres a los que regañar o un psicólogo al que  pagar: la culpa es de la red social, la maldita red social. Callada, servicial, diligente, traicionera, asesina de coraje y amansadora de temerarios. Quizá solo me pase a mí, pero bueno, será que soy un viejo en cuerpo de adolescente o niño en cuerpo de joven. Quizá sea todo mentira, ojalá fuese mentira.


Y así, pegado a la pantalla del ordenador con dos redes sociales abiertas y el móvil en vibración, acabo de escribir estas líneas acerca no de la maldad de las redes sociales sino acerca de mi hipocresía porque sé que tras reflexionar esto seguiré haciendo uso de las redes. Acercándome a vosotros, observándote a ti, bella dama, aunque me duela en el alma.

Retales del fin del mundo III: the end

El avance es lento, paso a paso; a través de miles de años. Su garganta raspa, duele. Tose. La respiración es densa, nublada. Una voz fría, potente y asesina raja el tiempo y lo convierte en espacio. La capucha cubre su eterno no-ser; transporta el alma errante de tan desdichada inexistencia. Invisible, realiza su trabajo a marchas forzadas; ahora más que nunca. Siempre diligente, siempre a la espera. Se apiada de todas las almas que recoge, las mima; a pesar del miedo en los ojos y del odio en sus venas. Y una vez más, se aleja en las tinieblas; temida por todos, arruinada en la soledad, sabedora del fin próximo. Mucho trabajo por delante.

Por fin suenan las trompetas; por fin se materializa la explosión. Tumultos por doquier, saqueos multitudinarios, gritos. Una pequeña familia se hospeda en su sótano, comparte la comida con las ratas; las ratas se convierten en comida; la familia sirve de alimento para las ratas.

Respiras, indudablemente respiras.  ¿Por qué? ¿No era el fin? Abres los ojos: oscuridad. Pestañeas: empieza la luz. Sientes los brazos, bien. Sientes las piernas, bien. Sientes el tronco, bien. Tienes pelo, nariz, orejas, boca, dientes, ¿Por qué? ¿No era El Fin? Mueres.

Vórtices devoradores de amígdalas con ración de dedos, desolladores de hongos y quemadores de agua; amantes de la podredumbre, bebedores de fuego y aniquiladores de armas; armas de hojalata, pajilleros de poca monta, ladrones de almas y espantadores de aire; gárgolas de papel, leyes de mármol podrido en la estepa de la Renta y anguilas de fuego.

Zombis sin heridas pasean renqueantes en las ruinas de la civilización y buscan tu cerebro, que en paz descansa. Vampiros pasean a la luz del día, sin resplandecer, sedientos de la sangre que algún día fue tuya. Hombres-lobo aúllan sin ropa, y sin pelo, bajo la luna llena que revienta sus entrañas, que les vuelve locos; y olisquean ese olor a mierda que desprenden tus nalgas; tuviste miedo, no lo niegues. Y no hay monstruos de Frankenstein, imagina por qué.

***************************************

Y ahora, lectores, esperáis que diga: “No temáis, el sol volverá a brillar; la humanidad resurgirá”. Pues no. Observad el declive; disfrutad de la deliciosa caída de nuestra especie, que ya llegará otra, y amad mientras os quede un poco de alegría en vuestros negros corazones.

Atentamente, un falso profeta y  engendro de la creación.


P.D: El dolor antes del placer es fácil de llevar; ya veréis cuando sepáis que la felicidad es imposible. 

domingo, 2 de junio de 2013

Boogieman 2, le boogie.

Escena 2. El consejo.
-No sé qué puedo hacer.
-Abre los ojos y mira dentro de ti.
-¿Y si no me gusta lo que vea?
-Entonces arráncalo de cuajo y créate de nuevo.
-Joder, qué profundo, Boogieman.
-No soy sólo cubierta y superficie, también pienso, a veces.
-Eres un crack, Boogieman.
-No, sólo he aprendido a pensar cuando hay que hacerlo y a dejarme llevar cuando el viento sopla y me da en el culo.
-Viento en popa.
-A toda vela.
-No corta el mar, sino vuela.
-Un velero bergantín.
-Bajel pirata que llaman.
-Deja de pensar y ponte a actuar, chaval. ¿Boogie Boogie?
-Boogie Boogie.