miércoles, 12 de junio de 2013

Las aventuras de Boogieman. Acto primero II.

Escena 2
En el amor y en la guerra...

La multitud se agolpa a las puertas de la iglesia grecorromana. Un hombre y una mujer le dan la espalda. El hombre es Boogieman y la mujer es Rhythmgirl.

BOOGIEMAN
Alegra esa cara, dulce ninfa danzarina. El pueblo está furioso, la mar está en calma y los dragones que baten sus alas poco a poco se cansan.

RHYTHMGIRL
Pero, ¿a qué precio? Por muchos que seamos, hemos alimentado a los dragones tanto que ya no nos necesitan. Les hemos dado alas.

BOOGIEMAN
Eso es lo bonito. Nuestra estupidez solo es superada por nuestra fuerza de voluntad que muy en el fondo espera incansable hasta que, por fin, sale a luchar. Nadie ha de temer. La guerra es una fuerza purgadora.

RHYTHMGIRL
La última vez que alguien dijo eso... No debemos olvidar aquella última vez...

BOOGIEMAN
Yo no amo la violencia. Yo... Yo no amo la violencia. Solo creo en ella cuando el dragón nos abrasa sin piedad.

RHYTHMGIRL
Pero la violencia engendra violencia. Alguien lo dijo, no recuerdo quién.

BOOGIEMAN
Un conformista.

RHYTHMGIRL
Un pacifista.

BOOGIEMAN
Un idiota.

RHYTHMGIRL
Un gran hombre.

BOOGIEMAN
Quizá. Mujer no pudo ser, sois beligerantes.

RHYTHMGIRL
No tolero esa ofensa. Retira tus palabras, malnacido, o prepárate.

BOOGIEMAN
¿A qué?¿Una paliza?¿Una pelea?

RHYTHMGIRL
No. A un sabotaje. Te retiraré la palabra.

BOOGIEMAN
Muy bien, agria sierva de los dragones. Me importa bien poco tu palabra. Son única y exclusvamente palabras.

RHYTHMGIRL
Perfecto. Adiós, guerrero asesino. Me iré.

BOOGIEMAN
Como quieras, princesa masturbadora. Maldigo el día que te conocí, pues fue un mal día. Maldigo tus estrellas, tus ojos y tus malditas neuronas portadoras de enfermedad, dragona.

Se quedan en silencio, y este es incómodo. La multitud grita. Rhythmgirl quiere salir de la plaza, pero...

BOOGIEMAN
Maldigo el día en que te conocí, ramera, pues Cupido me regaló una flecha envenenada, y ahora...me duele el alma.


Mas la heroína ya se había ido. No había oído tales palabras. Boogieman se lo tenía bien merecido.

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