viernes, 27 de diciembre de 2013

Mi top 10 de 2013, disculpen las molestias

Sin que nadie me lo haya pedido, o sin esperar que os toméis esto seriamente, he decidido dejaros aquí las que considero que son las diez mejores películas estrenadas es 2013 en España (de las que he visto, que no son todas las que me hubiese gustado, pero sí son bastantes). Están en orden de preferencia total. Pongo el título en versión original por postureo y luego la traducción si es que la hay.



1. Much Ado About Nothing, de Joss Whedon. (Mucho ruido y pocas nueces)

2. Silver Lining Playbook, de David O. Russel. (El lado bueno de las cosas)

3. Vivir es fácil con los ojos cerrados, de David Trueba.

4. The Master, de Paul Thomas Anderson.

5. 12 years a slave, de Steve McQueen. (12 años de esclavitud)

6. Blue Jasmine, de Woody Allen.

7. Pain & Gain, de Michael Bay. (Dolor y dinero)

8. Django Unchained, de Quentin Tarantino. (Django desencadenado)

9. The Hunger Games: Catching Fire, de Francis Lawrence. (Los juegos del hambre: en llamas)

10. Side Effects, de Steven Soderbergh. (Efectos secundarios)


Ya me diréis qué opináis, o no, cómo gustéis. Los motivos por los que está cada una en la lista son aleatorios y totalmente parciales.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Crossover Gotten Over

Estaba ya por fin feliz, el círculo estaba completo.

Ella, por su lado, seguía absolutamente contrariada, enfadada y, ¿triste? Él no lo sabía, era muy difícil de decir.

Acababa ese año tal y como lo había empezado: azul pero esperanzado, buscando aquella improbable media melena pelirroja que le saludó en algún momento, a la que sonrió estúpidamente.

Ella acababa el año de manera confusa, se entendía a sí misma, o algo parecido ya que si no era capaz de comprenderse, lo tenía muy mal en la vida. Al menos, lo había reconocido en algún punto de aquellos secos meses de estío, que no era poco. Debería pensar que cada día amanece.

La vida de él había comenzado a sonar como tambores potentes, trompetas estridentes y monolitos pétreos. La velocidad había aminorado y le sentaba bien, pero de vez en cuando un acelerón no le vendría mal.

Los pianos de la de ella eran tristes, graves y la lluvia arreciaba. Quizá era hora de replantearse la situación como él había hecho, quizá no estaba de más ser un poco modesta y pensar en cómo cambiar una misma y no cambiar al mundo entero; desde un punto de vista únicamente social, por supuesto.

No dio saltos de alegría, sino tímidos suspiros de liberación.


Estaba ya por fin prudentemente feliz, el círculo estaba completo.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Crossover Smashed


De vez en cuando se levantaba al baño. Su vejiga era pequeña.

Otras veces se levantaba a beber agua. Su sed era infinita.

Luego estaba un par de horas durmiendo, por las apariencias.

Un destello de luz entró por los ojos de las persianas bajadas y atizó su párpado directamente. Abrió sus propios ojos. Se incorporó lentamente, apartando con su mano izquierda la fina sábana que cubría su cuerpo desnudo y voluptuoso. Bajó de la cama por las escaleras, se vistió con unas bragas y salió directa a la cocina. Bostezando, se estiró alzando los brazos hacia arriba. En la cocina se encontraba aquel hombre. Él estaba dormitando encima de su taza de té, esperando a ser despertado.

Ella acarició la espalda desnuda del hombre, que vestía tan solo unos calzoncillos apretados, y cogió una taza para sí misma. Se sentó al lado del hombre, en el lateral contiguo de la cuadrada mesa, y se sirvió un suntuoso y afrodisiaco café.

El silencio era música y estaba siendo interrumpido intermitente y únicamente por los cantos de los pájaros mañaneros que llegaban desde el exterior, que proporcionaban paz interior para los dos.

La maleta que meses antes estuviese en la puerta, ahora se encontraba escondida en algún rincón oscuro esperando a ser desenterrada. Los motivos por los que fueron necesarias tales medidas habían sido olvidados tiempo atrás, estableciendo una pacífica tensión entre la mujer y los que la habían engendrado.

Pensó en que debería volver a casa en algún momento del año. Pero decidió que eso sería otro día, otra semana, otro mes, otra estación. Su venganza sería esa. Esperaba que no estuviese siendo demasiado dura con ellos.

Tanteó cuidadosamente el café, con la esperanza de que no estuviese demasiado caliente. Estaba bien. Coquetamente, el hombre había empezado a acariciar la pierna de ella mientras la miraba sonriente. Él esperaba que, tras tantos meses de compartir cama y de llegar a niveles de confianza tan elevados, ella le devolviese el inocente coqueteo. Pero fue demasiado para ella y tiró el té del muchacho a la cara del mismo.

Él se levantó rápidamente al tiempo que se quedaba boquiabierto. Sin mediar palabra, se metió en la ducha. Ella se levantó lentamente una vez que escuchó el agua de la ducha caer. Su pelo anteriormente pelirrojo se había vuelto negro oscuro azabache y sus virtudes se habían vuelto defectos. Se tumbó en la cama muy contenta, silbando.

Cuando él salió de la ducha, se dirigió a algún rincón oscuro del que sacó la maleta. Entró en la habitación y la empezó a llenar, mientras ella lo insultaba y amenazaba con matar. Él, completamente callado, dejaba caer una pequeña lágrima. Intentó reprimir tales sentimientos y sacó a esa mujer de su vida. Ella se quedó en el rellano de la puerta patidifusa, decepcionada y estúpidamente enfadada.


Su ignorancia era explícita, pero se callaba, por las apariencias.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Hangover Crossover


Inspiró, expiró. Inspiró. Expiró.

Inspiró.

Expiró.

Su respiración fue ralentizándose según pasaban los minutos a la vez que se hacía más profunda. Podía notar cómo el aire penetraba en las fosas nasales y arrasaba su interior con velocidad. Sus párpados cada vez pesaban más y la oscuridad se hacía más duradera, menos intermitente.

Crack. Un ruido la despertó del estado silente y durmiente en el que se encontraba. Incorporó su tronco abriendo los ojos con demasiada rapidez. Se mareó un poco, pero siguió en posición de guardia. Con la mano derecha apoyada en la cama, se quitó la sábana y la manta de encima con la izquierda para sentarse en la cama, dejando sus pies oscilando. Se encorvó un poco, apoyó los codos en las rodillas y se rascó los ojos, limpiándolos de legañas.

Llevaba un camisón amarillo semitransparente que dejaba intuir levemente las carnes de su voluptuoso cuerpo. Una media melena pelirroja que se le había ido de las manos caía de su cabeza. Amagó el bajarse de la cama con total normalidad, pero se dio cuenta de que la cama no era suya y que se encontraba a una altura ligeramente superior. Así que bajó por las escaleras.  

Empezó a intentar esclarecer lo ocurrido la noche anterior mientras caminaba con prudencia por la casa que no conseguía reconocer. En un espejo que había en mitad del salón se descubrió con una prenda de ropa que no era suya. Además, empezó a tener frío. Volvió al cuarto del que había salido y vio que en la cama de la que había bajado había un hombre dormido, plácidamente dormido.

A él sí lo reconoció. Empezó a calmarse porque sabía dónde estaba, se dio cuenta de que había estado antes allí; pero se preocupó por lo que podría haber pasado antes. Se dio cuenta de que le dolía la cabeza.

Inspeccionó sus zonas íntimas para ver si había algo raro que pudiese confirmarla que habían pasado cosas, pero las encontró como siempre. Después de esto empezó a buscar su ropa, ya que consideraba que debía irse a casa, pero se dio cuenta de que no sabía qué hora era, por lo que miró el reloj del pasillo.

Las cuatro de la mañana. No iba a ningún lado sin el metro abierto. Pensó en si podía llamar a su familia, pero vio una maleta suya en el salón. Había huido de casa, pero ahora no recordaba por qué.

Sin saber bien qué hacer, dio media vuelta y volvió a la cama. Inspiró, expiró. Inspiró. Expiró.

Inspiró.

Expiró.


lunes, 16 de diciembre de 2013

12 years a slave


¿Es una de las mejores películas del año? Sí. ¿Es una película casi perfecta? Probablemente lo sea. ¿Ganará en los Oscar? Seguramente sea una firme candidata. ¿Lo merece? Digamos que los Oscar no merecen una película así. ¿Es la obra maestra de Steve McQueen? Ni de coña.


2013, el ciclo de la esclavitud.

No puedo evitar hacer referencia a la película con la que yo, simbólica y personalmente, empecé el año: Django desencadenado. Con esta película de Steve McQueen, se cierra el círculo. Las comparaciones son odiosas, y más cuando éstas enfrentan a dos cineastas tan diferentes como Tarantino y McQueen. Aun así, intentaré representar las diferencias en una frase o dos. Si Tarantino usa la esclavitud en tono satírico, sádico y como vehículo para ofrecer espectáculo mediante la cinefilia, McQueen la usa para mostrar cómo de deleznables, mediocres y propensos a la humillación podemos ser los seres humanos.


Steve McQueen, degenerado sexual.

Lo primero, no os toméis el subtitulillo este al pie de la letra porque no sé cómo es la vida sexual del susodicho. Lo segundo, en esta película hay un aspecto secundario muy perturbador que es la relación del personaje de Fassbender con la esclava Pats, lo que me recordó, inevitablemente, a la anterior (y mejor) película de McQueen, Shame.
En esta película, eso sí, está tratado con menos sutileza pero mucho más poderío visual, como es la película en sí: un alarde de poder y solidez ante lo que muestra de forma que evita posicionarse del lado de ninguno de los dos bandos (de esto se encarga la música del siempre hiperactivo Zimmer).


¿Pero quién para a este tío?

Me refiero al ya anteriormente mencionado Fassbender, por supuesto. Este actor está en todo y en todo está bien, como mínimo, y excelente como norma general. Esta película no es una excepción ya que McQueen desde Hunger ha sabido sacarle mucho jugo a este hombre. A pesar de eso, sé quién puede parar a este hombre. Hacen falta no uno sino varios miembros del reparto en estado de gracia para hacer que la sombra de Fassy sea igual de grande que la del resto de actores y actrices. El mayor peso de ese trabajo recae en Chiwetel Ejiofor (Love actually, American Gangster) y en Lupita Nyong’o, que interpreta a la esclava objeto de las brutalidades (sexuales o no) de Edwin Epps (Fassy) con la inestimable pero sorprendentemente prescindible ayuda de Benedict Cumberbatch, Paul Giamati, Paul Dano y Brad Pitt.


Y la Academia quiere apuntarse el tanto, por supuesto.

Como era de esperar, esta película se ha transformado de forma casi inmediata en una de las candidatas a arrasar en los Oscar (personalmente marco el trabajo de fotografía y la dirección como categorías que estarán nominadas, seguro). Esto es algo que a mí me resulta del todo injusto. Injusto porque Shame debería haber sido premiada con al menos dos Oscar (y, ojo, digo premiada, no nominada); pero al tratar un tema tan escabroso, y hacerlo de forma tan terrorífica, la amable Academia les ignoró por completo. Después de ese feo en el que ni tan siquiera fueran nominados ni McQueen por la dirección ni Fassbender por la interpretación, yo pasaría olímpicamente de ellos.

Si tuviese que puntuar esta película, la pondría un 8 u 8’5, siendo la peor (o menos buena, o la menos perfecta) película de Steve McQueen.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Labios sellados

Labios mudos que estáis sellados,
impertérrita barrera oscura,
preserváis a vuestra vestal pura,
bajo tela y licra agazapados.

Monte silente inconquistable,
tu cima es mítica y de leyenda,
invisible a la mente sin senda,
intangible e inalcanzable.

Grito “¡Retirada!”, aún hay tiempo;
gritas “¡Malnacido!”, por despecho;
gritamos “¡Injusticia!”, a destiempo.

¿Es acaso el ojo del huracán?
Siento dolor y lluvia en el pecho;
sea lo que sea, Destino llegará.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Sujeto Extrapolado

¿Qué es el amor? ¿Cómo sabes que lo sientes? ¿Cómo sabes que no lo sientes? ¿Cuál es la clave? Lamentablemente la clave no es el pájaro, y eso a Sujeto Extrapolado le produce increíbles reacciones de completo desconcierto. Su mente es un batiburrillo de muchas cosas de las que no está seguro o ni tan siquiera es consciente de que existen. En su cabeza hay mucho ruido, y eso le produce cierto dolor en el pecho. A veces vislumbra con claridad un concepto y su definición, pero esto dura poco ya que este mismo concepto se sumerge en el batiburrillo y se pierde en la inmensidad de la confusión desarmándose totalmente y viéndose arrebatado de significado. A veces llega a la conclusión de que está tan ocupado intentando silenciar y ordenar todo ese murmullo constante que se le olvida el mundo exterior y, por lo tanto, deja de lado cualquier otra cosa que no sea su propio bienestar. Pero claro, tampoco quiere creerse que es tan narcisista y se machaca con crueldad y alevosía dejándose a sí mismo a la altura del betún sin tan siquiera reírse de él. Aunque, bien mirado, ¿quién no es egoísta en este mundo? Incluso los actos más caritativos se realizan con el fin de sentirse bien con uno mismo. 

Pero entonces… ¿qué quiere la gente de él? ¿Por qué le toman tan en serio? Así que vuelve a revisar cómo empezó toda esta paja mental y se da cuenta de que el amor es, al fin y al cabo, una simple excusa para pensar en sí mismo y en nadie más, como cualquier narcisista que se precie. Y eso le apena porque durante todo ese proceso ha estado pensando en ella, pero no sería un buen narcisista si se lo hiciese saber. Quizá el amor sea una simple reacción química, o sea un complejo sentimiento de atracción física, mental y espiritual; pero lo que le queda claro es que para él el amor, o la ausencia de él, no es más que un quebradero de cabeza que explota hiriendo a dos personas y una es inocente y la otra, culpable. En los ojos de la sociedad y de cada cual está interpretar quién se trata del inocente y quién del culpable. Pero Sujeto Extrapolado siente que él es el culpable, mas ante la tesitura de las circunstancias, no sabe si decirlo ya que si se considerase a sí mismo inocente le dirían que es un ignorante, y si dijese que es culpable, le dirían que es un maldito mártir de mierda. Y claro, en esta vida puedes hacer muchas cosas pero nunca podrás sentir pena por ti mismo. A veces, cuando el batiburrillo de susurros se convierte en una verdadera jaula de grillos, siente que debería quitarse de en medio, pero para qué: él también tiene derecho a la vida. 


Que se jodan los vivos.


jueves, 5 de diciembre de 2013

La entrada Hilarante jamás publicada

Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. Hilarante. 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lunes, 2 de diciembre de 2013

Y la luz se hizo, creo, no estoy muy seguro, no veo nada

Motel de transporte en la fermentación de la casa en tu manera de monte si coherencia arrepentido del campo sin velocidad en un edificio masificado de trotes en los pingüinos de serpientes. Tu nombre de espacio en el tiempo de retroactividad pero bien de familia o cansinos de torpedos en Francia o Marte de tulipán en ríos acampados en amarillentos verdes. Los componentes en el rasero del acantilado respecto a la financiación de la roca florida y hermosa de platos emocionados. Coches anclados en casa de margaritas escuchan la vida en el trabajo de formación sin garaje con batallas por la natividad de queroseno. ¿Cuántos pasteles activistas moran en la garganta del público púbico sin estratosfera?