Labios mudos que
estáis sellados,
impertérrita barrera
oscura,
preserváis a vuestra
vestal pura,
bajo tela y licra
agazapados.
Monte silente
inconquistable,
tu cima es mítica y
de leyenda,
invisible a la mente
sin senda,
intangible e
inalcanzable.
Grito “¡Retirada!”,
aún hay tiempo;
gritas “¡Malnacido!”,
por despecho;
gritamos “¡Injusticia!”,
a destiempo.
¿Es acaso el ojo del
huracán?
Siento dolor y lluvia
en el pecho;
sea lo que sea, Destino
llegará.
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