jueves, 31 de diciembre de 2015

De furia, langostas e islas, 2015 en películas

Hola, buenas, pues he aquí mi top del año (porque ya no voy a ver más y si veo más dudo que cambie algo del top). Como siempre, esto es subjetivo a más no poder y sólo tengo en cuenta las que se han estrenado en España (cine, Netflix, etc.) en 2015. Ahora bien, he decidido añadir el top 5 de las peores. Porque me da la gana.

1. MAD MAX: FURY ROAD. Dirigida por George Miller y escrita por Nick Lathouris, Brendan McCarthy y George Miller.

2. THE LOBSTER (Langosta). Dirigida por Yorgos Lanthimos y escrita por Efthymis Filippuo y Yorgos Lanthimos.

3. ISLA BONITA.  Dirigida por Fernando Colomo y escrita por Fernando Colomo, Olivia Delcán y Miguel Ángel Furones.

4. BIRDMAN OR (THE UNEXPECTED VIRTUE OF IGNORANCE) (o la inesperada virtud de la ignorancia). Dirigida por Alejandro González Iñárritu y escrita por Armando Bo, Alexander Dinelaris, Nicolás Giacobone y Alejandro González Iñárritu.

5. ME AND EARL AND THE DYING GIRL (Yo, él y Raquel). Dirigida por Alfonso Gómez-Rejón y escrita por Jesse Andrews.

6. STAR WARS: THE FORCE AWAKENS (El despertar de la Fuerza). Dirigida por J. J. Abrams y escrita por Michael Arndt y J. J. Abrams y Lawrence Kasdan.

7. NIGHTCRAWLER. Escrita y dirigida por Dan Gilroy.

8. MISTRESS AMERICA. Dirigida por Noah Baumbach y escrita por Noah Baumbach y Greta Gerwig.

9. BEASTS OF NO NATION. Escrita y dirigida por Cary Joji Fukunaga.

10. WHIPLASH. Escrita y dirigida por Damien Chazelle.

Bonus track:

11. JESSICA JONES. Creada por Melissa Rosenberg. Porque es una serie y no puedo ponerme a compararla con películas, que si no estaba en el top 5.

El top 5 por la cola (las suspensas):

42. ALOHA. Escrita y dirigida por Cameron Crowe.

43. THE HUMBLING (La sombra del actor). Dirigida por Barry Levinson y escrita por Buck Henry y Michal Zebede.

44. THE RIDICULOUS 6. Dirigida por Frank Coraci y escrita por Tim Herlihy y Adam Sandler.

45. CHAPPIE. Dirigida por Neill Blomkamp y escrita por Neill Blomkamp y Terri Tatchell.

46. AMERICAN SNIPER. Dirigida por Clint Eastwood y escrita por Jason Hall.

sábado, 26 de diciembre de 2015

Carta a los "haters" de El despertar de la Fuerza

SPOILERS (obvio) y vocabulario un poco agresivo, pero lo primero de todo, respeto todas y cada una de las opiniones que hay sobre esta película porque es, al fin y al cabo, eso, una película.

 Acepto que a la gente no le haya gustado o incluso que la odie. Lo que no acepto es que estas opiniones se respalden en argumentos como “a un verdadero fan de Star Wars no le puede gustar esta película”. Sobre todo porque necesitamos una definición de lo que es un fan o forofo o fanático o friki “de verdad”, porque es un concepto tan vago y abarcable que no se puede concretar. ¿Es más y mejor el fan al que le gustan sólo las películas originales y desprecia las precuelas? ¿Es acaso el más y mejor fan aquel que fue al estreno del Episodio IV cuando aún se conocía como La guerra de las galaxias y nada más? ¿O es un fan de verdad aquel que arremete contra todo fan que se haya incorporado al fandom después que la gran mayoría? Es muy jodido de saber, así que cuando a mí me ha gustado (y encantado) El despertar de la Fuerza ya dudo de si soy un fan “de verdad”, o “de pega”, porque yo tampoco considero que ninguna de las precuelas sean buenas películas y eso me haría un fan “de verdad”, ¿no? Con esto que he dicho quiero inhabilitar el “no eres un fan de los de verdad” como argumento de peso a la hora de decir que El despertar de la Fuerza es una mala película. Porque hay tantos tipos de fan como personas en el planeta, y lo que está claro es que VII la han hecho para llamar a nuevos fans.

El siguiente punto es muy, pero que muy peliagudo. Uno de los argumentos que más he leído para desacreditar esta película es que es un remake de Una nueva esperanza. La vía rápida, cruel y devastadora de rechazar este argumento es la siguiente: ¿desde cuándo la saga de Star Wars ha sido PURAMENTE ORIGINAL? A ver, recapitulemos, ya el 1977 se decía (y si no, algo más tarde) que George Lucas había cogido muchísimo del cine japonés, especialmente que si era un remake de La fortaleza escondida de Kurosawa. O sea, ¿DE VERDAD le estás echando en cara a Abrams hacer un remake cuando al PROPIO Lucas no le faltó controversia o, al menos, un cachete en la nalga por hacer precisamente lo mismo? Y, puestos a criticar, ¿a caso no es El retorno de Jedi una burdo remake de Una nueva esperanza, con eso de que tiene una nueva Estrella de la Muerte con un rescate en la primera mitad (Leia en IV y Han en VI) y un asalto a la Estrella de la Muerte en la segunda? ¿REALMENTE quieres cuestionar la originalidad de estás películas? Vale.

En el artículo al que pongo un enlace más adelante te dan cinco razones por las que VII no es un remake de IV*. Sí, tiene muchos paralelismos y referencias y similitudes (que, por si no lo sabéis, “fans de verdad”, es una de las cosas que más se criticó a George Lucas con sus precuelas: la falta de referencias y continuidad), pero los tres puntos de inflexión para el inicio, desarrollo y conclusión de la trama son completamente diferentes. Estos ejemplos los he sacado del artículo: IV no empieza con la masacre de un pueblo a manos del Imperio ni acaba con el descubrimiento de un ermitaño galáctico, ni hablemos de las visiones que tuvo Luke Skywalker en IV justo a mitad de la película, igualito que Rey (sarcasmo). No, los tres grandes eventos de la película no suceden en el mismo orden en la trilogía original: el pueblo arrasado es inexistente, solo afecta a la casa de Luke, y sí, sucede en IV, pero el ermitaño y las visiones suceden única y exclusivamente en V. ¿Necesitamos más motivos para no llamarlo remake? Vale. El artículo al que hago referencia sigue con la explicación de los paralelismos del villano: según el artículo (y no lo he contrastado pero es muy posible), en IV Darth Vader, nuestro amado villano (sin sarcasmo), aparece en pantalla unos 10 minutos; mientras que Kylo Ren es el personaje con más cuota de pantalla en VII por detrás de Rey. Esto no es una buena señal a la hora de argumentar que sea un remake, ¿verdad? Ya decía yo. Así que si queréis llamar a VII “remake”, será mejor que lo llaméis remake de toda la trilogía original. Es decir, si un mérito tiene VII es haber condensado en 2 horas y poco las tres originales.

He dejado fuera tres de los motivos por los que no es un remake, pero leedlos que no tienen desperdicio.

El resto de motivos por los que VII es supuestamente una mala película se basan en, perdonad si ofendo, arrebatos de ira dignos de Kylo Ren de fans que están cabreados porque se han cargado a Han Solo. A ver, gente, que ya se dijo al principio de todo que Harrison Ford había accedido a cambio de que se cargasen a Han, no sé por qué os ha pillado tan de repente. ¿Que hemos perdido mucho carisma? Sí, pero matar a Han Solo es la manera de decir que tiene esta nueva trilogía que, por mucho que nos encante la original, hay que mirar al futuro y, ya que hacemos nuevas, no vamos a recrearnos en lo que ya hemos visto. De hecho, si os fijáis con atención, en el momento en que muere Han Solo, los paralelismos de la trilogía original desaparecen salvo en la forma de destruir la base Starkiller. ¿Coincidencia? No lo creo. Mi teoría es, y espero estar en lo cierto, que con VII han querido dar a los fans todo lo que las precuelas nos quitaron y allanar el camino para innovar en VIII y IX.

Y antes de acabar, quiero romper una lanza en favor de I. Es la mejor película de las precuelas (la menos mala), si somos capaces de ignorar los excesos de Jar Jar Binks.

Si los haters que os habéis dado por aludidos seguís leyendo por aquí (espero que sí), ahora os voy a dar la razón en un punto: Starkiller es, de hecho, una copia barata y facilona de la Estrella de la Muerte. Es verdad, no hay discusión ahí.

El resto de apreciaciones (actuaciones, personajes) son más subjetivos y soy menos duro con vuestras críticas, pero yo opino que soy EXCELENTES personajes interpretados por BUENOS actores que se van a desarrollar en más profundidad en VIII.

Y esto ha sido todo. Gracias.

Argumentos:
Opiniones de “haters” (palabra que no me gusta porque es un poco extremista):
(Entre seguro que muchas pero es la que tiene una lista más clara).

viernes, 4 de diciembre de 2015

403 Found Indeed.

I'm a piece
of shit.

Disaster,
human being.

Disapointing
friend.

And worst of all,
a dick.

martes, 24 de noviembre de 2015

Fisk vs. Kilgrave.

No hay SPOILERS como tal, pero puede inducir a mucho HYPE y EXPECTATIVAS. Quien avisa, no es traidor.

Es de noche, y hay algo que ronda por la ciudad. No sabes muy bien qué es, a penas distingues las sombras que la tenue luz de la calle proyecta en tu habitación. Tienes el ordenador encendido.
Tienes Netflix abierto, ya has visto Daredevil y estás a punto de acabar Jessica Jones. Y no sabes qué hacer con tu vida cuando acabes los veinte minutos que te quedan.

Marvel y Netflix han conseguido algo que tantos han intentado. Nolan quiso que Batman fuesen películas maduras y potentes, que fuesen intelectuales y planteasen dilemas morales, pero sabes que no lo consiguió cuando tuvo que recurrir al caótico y errático Joker. No me malinterpretéis, el Joker es sin duda alguna el tercer mejor villano de todos los que han sido adaptados al cine o la televisión. Pero palidece cuando lo enfrentas al Fisk de Daredevil o al Kilgrave de Jessica Jones.

El proyecto de Netflix con Marvel ha ganado enteros al confirmarse con Jessica que lo de Murdock y cía. no fue un espejismo. A estas dos series les han dado ritmo, forma y solidez sus villanos. Alguien por algún lado decía que un superhéroe es tan grande como lo sea su villano, y tanto Fisk como Kilgrave son muy grandes. Son los villanos mejor escritos de los últimos 200.000.000 años porque ambos, en sus múltiples diferencias, comparten un elemento crucial: llegas a empatizar con ellos.

En Fisk encuentras a tu yo asustado y huidizo, explosivo y violento que intenta reprimir todos sus pensamientos e instintos en pos de un fin mayor, sin conseguirlo. Ves cómo persigue una felicidad mundana, vulgar incluso, quiere ser una persona más, pero para ello necesita exorcizar sus demonios a través de métodos cuestionables. Incluso encuentra el amor, algo que parecía reservado sólo para los héroes de estas fábulas americanas y ves cómo el supuesto héroe del relato se lo quita. Y por eso te da pena, a pesar de las atrocidades.

Sin embargo, en Kilgrave se refleja tu lado más vicioso y ambicioso, el nuestro yo impotente, que busca el poder mediante la palabra y la prestidigitación verbal y manipulativa. Y es, como Fisk, un hombre sumiso de sus deseos mundanos. En Kilgrave ves a tu yo enamorado sumido en una vorágine de perversión, trauma y desolación, ves a un hombre incapaz de amar, querer o empatizar y comprendes que esto lo ha vuelto loco y ajeno a la sociedad. Y por eso te da pena, a pesar de las atrocidades. Aunque las de Kilgrave son mucho peores que las de Fisk.

Murdock y Jones, especialmente ella, son personajes catapultados a los confines de la barbarie y son los únicos superhéroes del MCU que caminan la línea que separa al héroe del villano, al ángel del caído. Recorren umbrales más ambiguos y oscuros que el Batman de Nolan jamás alcanzó porque, al final, siempre se alejaba de la línea y se arropaba en la clásica estrategia “héroe es bueno, villano es malo”.

Y, por supuesto, hay que perdonar a Melissa Rosenberg que escribiese los guiones de las películas de Crepúsculo porque ha tratado a Jessica como un súper más, sin etiquetar el “female” que tanto les gusta usar a los americanos, y consiguiendo un personaje mucho más rico en matices que Matt y, a la vez, más típico. Es difícil para mí no comparar a Jessica con Veronica Mars, la detective privada adolescente interpretada por Kristen Bell en la que tuvo un papel importante Krysten Ritter (Jessica Jones), porque las similitudes son demasiadas para llamarlo coincidencia. Pero bienvenida sea Jones, que no debe conocerse como la primera superheroína en protagonizar su serie, sino como uno de los mejores personajes heroicos del MCU hasta la fecha, sino el mejor.

Así que acabas el último capítulo de la última serie Marvel-Netflix hasta la fecha y te quedas mirando la pantalla. Ya conoces al siguiente protagonista: Luke Cage. Y sabes que antes de ver a Murdock y Jones compartir pantalla, vas a ver una serie más, sobre alguien con puños de hierro. No puedes esperar y empiezas a fantasear. Te descargas Alias, la tira en la que se ha basado la serie de Jones.
Y las sombras que penetran por la ventana se disipan. Miras fuera y ves cuatro siluetas en la calle, mirándote. Murdock sube acrobáticamente por el edificio al otro lado de la calle y se aleja saltando tejados. Jones salta y no vuelve a aterrizar. Cage te sonríe y llama a tu puerta. La cuarta silueta, carente de cara, se queda quieta. Parpadeas y no hay nadie a la vista. Vuelves la vista al ordenador y vuelves a darle al botón de play en el primer episodio de Jessica Jones.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Arqueología ensayística II: Patria

31. X. 2094. Otro de los textos inéditos de mi padre se ha probado difícil de digerir. Se me rompe el corazón al pensar que hace cosa de ochenta años el mundo siguiese con problemas nacionalistas. Solo me queda el alivio de pensar que esto es agua pasada y under the bridge, y que el descubrimiento de civilizaciones más allá de la Tierra nos ha unido de una vez por todas. Aunque posterior al primer texto rescatado, la juventud e inmadurez le supuran por las líneas perpetradas por su teclado de ordenador.


Patria, por los cojones. A 14 de octubre de 2015.

Tu nacionalidad es como tu familia: no la eliges, pero la tienes que querer por los cojones. Y es que, tanto en lo que respecta al amor incondicional familiar como al orgullo ciego de una patria de la que sabemos más bien poco, lo hemos entendido muy mal.

Nos crían para pensar que, antes de ser un habitante del planeta Tierra (es decir, putos humanos de a pie), somos occidentales; antes de ser occidentales, somos europeos; antes de ser europeos, somos españoles; y antes de ser españoles, somos madrileños, vascos, catalanes, gallegos, andaluces, cántabros, asturianos, aragoneses, etc.; e incluso antes de ser madrileños, seremos del Madrid propio (o antes de ser catalanes, barceloneses). Y, ya en un alarde de exageración, antes que madrileños del mismo Madrid, somos del Atlético o del Rayo Vallecano o del Real. Tócate los huevos.

En realidad, esto debería funcionar así, sobre todo viendo que el mundo está cada vez más globalizado: antes de ser del mismo Madrid, soy madrileño; antes de ser madrileño, soy español; antes de ser español, soy europeo; antes de ser europeo, pertenezco a la cultura occidental; y antes de ser occidental, soy un puto ser humano como otro cualquiera, de aquí a la India, Camboya o Zimbabue. Este pensamiento conseguiría ahorrarnos una cantidad de guerras estúpidas y nos habría permitido prevenir todas las guerras que los países europeos han provocado en África al arrancarles sus tierras, la distribución de las mismas y la división de sus tribus. Guerras que siguen hoy en día.

Siento vergüenza por la raza humana.


El mundo se empeña el levantar más y más fronteras, pero deberíamos destruirlas y que el sentimiento nacionalista de pertenencia a un país o una región se quedase en un simple residuo cultural, un compendio de obras artísticas y culturales y aportaciones científicas  de las que sentirse orgulloso, no como ciudadano, sino como ser humano. Esa es la única patria de la que quiero poder sentirme orgulloso, y no se llama España, ni Madrid, ni Europa; de hecho, no tiene nombre, ni fronteras. Y en esa patria quimérica e inexistente, caben todas las personas del planeta Tierra.”

sábado, 29 de agosto de 2015

Rodaje. Parte I: el Bloqueo del Director y el descubrimiento de Kevin Smith.

Buenos días, tardes o noches, soy Miguel Corona y vamos a partirnos el culo un poco.

Llevamos ya dos semanas del rodaje de lo que por ahora se llama Apocalipsis Zombie (o el Esperado Fracaso de la Ignorancia), una película que estamos haciendo diez matados y que, para bien o para mal, están bajo mi batuta de director. ¿Esto qué significa? Que tengo mi cabeza en veinte trabajos y, por eso, no la tengo en ninguna. Han pasado ya dos semanas desde el inicio del rodaje y ya hemos rodado nueve días útiles, en los cuales hemos liquidado entre el 40 y el 45% del guión. ¿Y qué he aprendido? Muchas cosas, la mayoría cosas que ya debería saber pero como soy un poco adormilado (por no sonar muy mártir), no he sabido.

1. DELEGAR no es tan fácil como parece, en especial si te cuesta tanto explicarte como a mí.

2. Si quieres DIRIGIR, no seas tu propio AYUDANTE DE DIRECCIÓN ni el DIRECTOR DE PRODUCCIÓN de la película, no es bueno para la salud: un día con décimas y un mal cuerpo que parece que vas a morir y un padrastro levemente infectado.

3. Cuando dirijas tu propio guión, no te obsesiones con respetarlo como te gustaría que hiciese un tercero, lo escribiste TÚ, puedes hacer con él lo que te salga del CO*O y/o MAN**BRIO.

4. Por último y más importante, el llamado "bloqueo del escritor" palidece y es una rabieta de niño pequeño en comparación con la angustia mental del BLOQUEO DEL DIRECTOR, que existe y es una puta pesadilla porque cuando escribes, como mucho preocupas a tus posibles co-guionistas, pero cuando diriges te ve todo el equipo (en este caso todos tus amigos y amigas) echar humo por las orejas, tener cara de estreñimiento diarreico y de estar a punto de saltar del balcón más cercano y no es plato de buen gusto para nadie.

Fotograma de Clerks

Por otro lado, completamente ajeno a la vida de la producción de esta película amateur, he visto algunas de las primeras películas de Kevin Smith y qué decir salvo que Chasing Amy (Persiguiendo a Amy) es un peliculón como una casa, que Clerks es mejor que muchas 'operas primas' que tanto veneramos y que Dogma es la perfecta representación de los problemas religiosos que hay en occidente. En serio, Chasing Amy es de lo mejorcito que he visto en cuanto a comedia-no-tan-comedia-más-bien-drama-pero-comedia-en-realidad romántica, y tiene tantas conversaciones interesantes y sensatas sobre la sexualidad que sentía una nueva ola de tolerancia entrando como un torrente en mi cuerpo serrano. Y ella, lo mejor de la película.

jueves, 30 de julio de 2015

Ultron vs. Ant-Man

O cómo Marvel infravalora a sus genios y otros cuentos de la fábrica del entretenimiento perfecto.

SPOILERS.

Es curioso cómo Marvel aprovecha el genio de los cineastas a los que contrata, porque nunca les saca el máximo jugo. Las gotas que han colmado el vaso en la batalla de la calidad contra la rentabilidad, han sido derramadas en las dos películas que ha estrenado Marvel-Disney este año.

En un caso menos radical, en el que el consenso entre cineasta y empresa se resolvió como se hizo con la Guerra Fría, Avengers: Age of Ultron es una película que sienta cátedra en el género, convirtiéndose en una de las mejores épicas que se han visto en los últimos años, seguramente desde El Señor de los Anillos, pero que falla en otros aspectos igualmente importantes. Aquí las culpas hay que dividirlas muy ecuánimemente,  aunque me niego a endosar un 50-50 entre Joss Whedon y productores, por lo que creo que un 40-60, a favor de Whedon, es más apropiado. Pero, ¿de qué hay que culparlos? En el caso de esta película, fallan las subtramas de cada superhéroe y heroína (salvo la de Hawkeye), pero con especial atención a la Viuda Negra. Yo he sido capaz de ver más allá del montaje que han impuesto los productores, y el arco de la Viuda Negra no es malo, de hecho su arco la transforma de ser una asesina con sangre fría, como vimos en las anteriores películas, a ser un ser humano con deseos normales, anhelos emocionales y defectos. ¿El problema? Que Whedon ha disparado muchas balas, pero apenas ha acertado con ninguna, en parte por el poco tiempo de pantalla que se podía permitir darle y en parte porque simplemente no ha acertado. La subtrama de la Viuda Negra es la prueba irrefutable que Marvel debería haber hecho una película para ella en solitario, donde explorar todas las cuestiones que Whedon plantea y darles respuesta, algo que no ocurre aquí. Además de la infumable relación de la Viuda Negra con Bruce Banner, que pretenderemos que no existe.

En el caso más radical, Marvel despidió con todas las de la ley a Edgar Wright, cineasta que llevara a la gran pantalla a Ant-Man, pero que su visión para la película chocó demasiado con la de la empresa. Una reescritura de guión y un cambio de director después, el genio de Edgar Wright traspasa las barreras de Marvel y su marca y estilo son aún distinguibles, aunque con mucha más pobreza, en el resultado final. El resultado final es muy divertido, pero gran parte de las escenas del primer acto están resueltas de manera tan automática que parece que estamos viendo una película de sobremesa. Y, en este caso, ¿quién tiene la culpa? Si en la anterior película la culpa se dividía bastante parecida, aquí me temo que hay de darle la categoría de víctima casi irrefutable a Edgar Wright (y su coguionista Joe Cornish), repartiendo un 20-80 a favor de Wright, porque se negó a acepar los términos que sí aceptó Whedon. A parte del estilo y la resolución de las escenas desde el punto de vista de la dirección, es cierto que la película no levanta tantas polémicas como Age of Ultron, en gran parte porque no hay tantos personajes a los que maltratar, aunque personalmente echo de menos más presencia de Hope-futura-Avispa.

Pero no todo son dramas en la viña de Marvel, de hecho, estos dramas y tragedias y problemas pueden considerarse excepción, de momento, esperemos que en la fase tres no se conviertan en norma. Así pues, ¿hay aciertos en Age of Ultron y Ant-Man? Sí, muchos. Las dos películas introducen tres nuevos superhéroes (Ant-Man, Vision, Quicksilver), lo cual está bien, aunque uno de ellos muere (Quicksilver o Mercurio), pero lo más importante es que, de hecho, ambas películas introducen a la superheroína número 2 (Scarlet Witch o Bruja Escarlata) y a la superheroína número 3 (Wasp o Avispa), aunque una de ellas no llegó a ejercer en su película. Ahora solo falta esperar a Capitana Marvel y coger, yo qué sé, a Skye de Agents of S.H.I.E.L.D. y ya podemos hacer película de A-Force.  Otros aciertos: Ant-Man es una de las películas más divertidas y cómicas de Marvel, una vez consigues pasar los primeros 15-20 minutos, y la ubican inmediatamente en la liga de Iron Man, la primera Avengers, Captain America: The Winter Soldier y Guardians of the Galaxy, y muy por encima de las de Thor, la primera del Capitán, la de Hulk y las dos últimas de Iron Man; Age of Ultron nos presenta a Vision y eleva a Hawkeye a la altura de los mejores superhéroes, metiéndolo en la liga de Tony Stark, Natasha Romanoff, Star-Lord y el recién llegado Scott Lang; Ant-Man también nos regala un bonus con el Ant-Man y la Wasp originales allá por los años ochenta, y el personaje de Hank Pym, un anti-héroe ya viejo y pasado de rosca que está a dos pasos de ser un villano. Como he dicho, muchas cosas buenas en ambas películas.

Marvel ha entrado en una dinámica en los últimos años de hacer películas o buenas o muy buenas que nunca atraviesan la barrera de la maestría y la genialidad (salvo Guardians of the Galaxy), pero que tampoco bajan a la categoría de ordinariez y vaguería (salvo Thor: The Dark World y Iron Man 3) y esto se debe a que saben lo que se hacen y cada vez contratan a más genios de la profesión a los que atan en corto y evitan que hagan verdaderas obras maestras, aunque lo hacen por razones que desconozco. 

martes, 10 de marzo de 2015

Gurú de fiestas.

El o la Gurú de fiestas es una especie en abundancia y, desde hace poco, lejos de estar en peligro de extinción. Es de hecho, uno de los pocos datos en positivo que hay en la España actual: mientras todo cae, los y las gurús de las fiestas aumentan exponencialmente.
Se trata de un ser humano cuya finalidad es vivir por y para la fiesta. Sin sorpresas en las encuestas realizadas por nadie, España es la región donde más variedades y más cantidades abundan. Aunque con metodologías absolutamente diferentes, y con resultados radicalmente alternos, los y las gurús de las fiestas tienen como objetivo dos metas claras: que empiece la fiesta y que siga por todo lo alto, al menos, hasta el amanecer. Absolutamente todos tienen como grito de guerra las variantes del “tenemos que salir de fiesta”.

Gurús Expertos: son los más comunes en España y se identifican gracias a unas conductas concretas de comportamiento. Los Expertos, curiosamente de una mayoría masculina, son aquellos Gurús que querrán instruir en el arte de la fiesta, la “party” y la marcha a aquellos y aquellas más reticentes a la misma, y se apoyarán en los fiesteros y fiesteras que estén de acuerdo con dicho Gurú. Esta instrucción será agresiva y cruel y apelará al “macho interior” de los hombres y a la “zorrilla interior” de las mujeres, todo desde el respeto que merece, aunque siempre hay excepciones y en este caso la excepción es la regla. Este Gurú no entenderá de disculpas y atribuirá todos sus actos al bien mayor, luego al bien de la fiesta. Este Gurú no necesita ser el centro de atención, e incluso apreciará que le dejen tranquilo, o tranquila, mientras charla animosamente, y ebriamente, con sus amigos. En todos los casos, buscará un lugar familiar y conocido para no tener que organizar gran cosa.

Gurús Organizativos: se trata de una variante que procede de los países anglosajones, aunque también está presente en nuestro país. Se dice de este Gurú que tiene más especímenes femeninos que masculinos, y mientras que hace veinte años tal podría haber sido el caso, actualmente se encuentra en un porcentaje 50-50. Este Gurú organizará la fiesta siempre en un lugar que haya visitado con anterioridad, pero no necesariamente un lugar familiar o conocido, y se encargará de que todo esté en orden durante el evento: proveerá distintos tipos de comidas y bebidas, diferentes áreas de recreación y, dependiendo de la clase social, llevará un DJ o simplemente una lista de reproducción en el Spotify que satisfaga tantos gustos musicales como pueda. Este Gurú abunda en generosidad y no permite que sus preferencias gustativas, sexuales, románticas, musicales o de cualquier otro tipo interfieran en el buen desarrollo de la fiesta. Estará atento a todos los comensales y no descansará hasta que el último invitado haya dejado la fiesta.

Gurús Narcisistas: este espécimen destaca por su escasez y, sin embargo, gran pompa y circunstancia. No le gusta organizar la fiesta, pero ésta ha de ser en su honor. Este espécimen, prácticamente limitado a las clases sociales más adineradas, contratará a gente que organice la fiesta por ellos y ellas y se limitará a deambular por la fiesta saludando a todos esos amigos y amigas que tiene y que le aman y veneran, para demostrar que es lo más. También ofrecerá galas de beneficencia para demostrar que a generoso no hay quien les gane, aunque los beneficiados de su dinero le importen un pito.

Gurús Inexpertos: estos son los más comunes en todo el mundo y, en cierto sentido, toda persona es un Gurú Inexperto. Son aquellas personas que consiguen que un grupo de gente salga de fiesta, a modesta escala. Modesta escala: entre 3 y 12 personas que están de fiesta entre 2 y 5 horas, con el toque de queda voluntario a las tres de la madrugada; en cuanto se exceda el número de personas y/o la cantidad de tiempo, ya entramos en los terrenos de los descritos anteriormente.



Por supuesto, estas declaraciones acerca de las y los Gurús de fiesta son absolutamente inventadas y no existen más que en el terreno de lo conjetural. 

sábado, 21 de febrero de 2015

Crónica de un premio descafeinado: Oscars 2015

Un año más se celebra la gala con más pompa y circunstancia del año. Y este año la pompa llega muy, muy pero que muy vacía; la circunstancia siempre es la misma. El año pasado fue mejor, había varias películas más que aceptables, tres buenas, un par muy buenas, por encima de los premios; pero este año está así: dos películas casi malas (al menos tienen la decencia de nominar cosas aceptables, pero están al límite), cuatro películas dentro del campo que deben tratar estos premios y dos películas que están por encima del resto, aunque no llegan al nivel de 12 años de esclavitud o El lobo de Wall Street.

Y las nominadas a mejor película son:

American Sniper (El francotirador). Qué has hecho, Clint. Pero qué has hecho. Sabía que iba a ser una americanada, pero joder, Clint Eastwood es Clint Eastwood es Clint Eastwood. Y nada, intenta reflejar la batalla interna del francotirador a la hora de disparar a un niño con una granada en la mano, pero nada. Intenta reflejar cómo le persigue la guerra a casa, pero nada. Bueno, la única secuencia interesante es la de Bradley oyendo la guerra y mirando la tele apagada, pero es facilona. Intenta hace un Zero Dark Thirty, pero nada. Intenta muchas cosas y no transmite ninguna, y un pavo que tiene 82 años (más o menos) debería haber aprendido que es mejor centrarse en una cosa, y no en muchas. O, si como Clint, ya tienes experiencia, pues joder, consigue transmitirme algo, aunque no sea todo. Es que animaba a los “malos” para que acabase la película antes.

Birdman (or the unexpected virtue of ignorance) [Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia)]. Dirigida por Iñárritu, esta es la única película demasiado grande para estos premios (junto con Boyhood). Tanto el contenido como la forma (pedantemente hablando) son, como mínimo, buenos. El contenido está muy trabajado y quizá algo forzado para que case correctamente con su “virtuosa” forma de contarlo. Esta película hace las delicias de cualquier crítico-poeta de turno, elevándola al séptimo cielo y usando metáforas y expresiones similares a las que puedo usar yo. Pero lo cierto es que la película merece casi todos los elogios que la tiran, sobre todo en cuanto al reparto y a los movimientos de la cámara que, en mi humilde opinión, es un personaje más.

Boyhood. Esta película padece de una curiosa maldición benigna: es menos de lo que parece, pero parece menos de lo que es. Si te paras a pensar, el guión puede ser tanto una obra maestra (por su gran y fidedigno reflejo de la vida de un niño blanco americano) o un gran batiburrillo de anécdotas sin gracia o trascendencia en la vida de un niño blanco americano. Por supuesto, mi extremismo en cuanto a tolerancia opina que el guión no es tan malo, pero que en ningún momento es tan bueno. De hecho, lo mejor que ha hecho Linklater es conseguir que el guión de la película nos la sople de tal manera que solo queramos jugar a adivinar cuándo se rodó qué, y admirar el trabajo de continuidad durante los doce años que duró el rodaje. Idea: un documental sobre la película que se llame “12 años de esclavitud”.

The Grand Budapest Hotel (El gran hotel Budapest). Personalmente, opino que este es el gran puff del año. Y mira que me jode. Es una película entretenida, eso no lo dudo, pero pudiendo haber premiado a Wes Anderson por Moonrise Kingdom, que me vengan ahora con esta película a la que le sobran actores por todos los costados y con un surrealismo tan apegado a la realidad que apenas puedes disfrutar de los momentos genuinamente buenos, me toca las pelotas al por mayor. No es mala, no es mediocre, pero tampoco es de premio.

The Imitation Game.  Por qué, señor, dejas que a los académicos les pirren los biopics sosos, pero que tienen buena intención y buenas ideas. Aquí les sale mal casi todo. Benedict lo hace bien, pero no tanto. A penas se me ocurren cosas malas que decir, pero tampoco cosas buenas. Está bien, punto. No ganará, y si lo hace… desterraré por siempre a los Oscar, porque sería una pequeña gota que colmaría un vaso llenado durante muchos años.

Selma. Hay ciertas ironías alrededor de esta película y la más importante de ellas es que está nominada a mejor película pero no al resto de categorías gordas. Por otro lado, The Imitation Game sí lo está. Objetivamente hablando, esta película es mucho más poderosa, templada y sólida que la anterior; pero nos encontramos ante una diferencia abismal: esta película no tiene un actor de moda (a pesar de que lo hace mejor que bien) ni caldea la moral británica en vez la moral americana. Y es que la directora de esta película ha sido ninguneada en la categoría de dirección y su lugar lo ocupa un hombre tan blanco como el más báltico. Esta película merecía un poco más de presencia, y un poco menos de condescendencia por parte de los académicos. Es la prima pequeña de 12 años de esclavitud, mucho más amable.

The Theory of Everything (La teoría del todo). Esta película se sustenta única y exclusivamente en la actuación de Eddie Redmayne, apoyado por el resto de actores y actrices, pero es él el que mantiene en pie una película mucho más contenida de lo que podría haber dado un relato sobre el científico con la historia de superación física más aplaudible desde que Demóstenes consiguiese dejar de tartamudear (basado en hechos reales, pero esto es una broma, por si no lo pilláis). Esta es la película perfecta para los Oscar, y quien diga lo contrario se engaña a sí mismo/a. No me gusta que esta película sea el prototipo perfecto de los premios, pero es lo que hay.

Whiplash. Preparaos para la mayor paliza física que os llevéis en una sala de cine (o en vuestras casas), porque el chaval no para de aporrear baterías en toda la película. J.K. Simmons se come a Miles Teller una y otra vez, cada vez que aparece en pantalla. Aunque siendo realistas, hasta la figuración más desenfocada de la película se come a Miles Teller. Es una película que algunos llamarían poderosa, con fuerza y garra; pero yo prefiero ser simple y decir que es un peliculón, dentro de su fragante fallo en la elección del protagonista que, si bien no me cae mal, me parece poco carismático el chico.


Mis premios.

Mejor película: Birdman (or the Unexpected Virtue of Ignorance) (o la inesperada virtud de la ignorancia).

Mejor dirección: Richard Linklater por Boyhood.

Mejor actriz: Rosamund Pike por Gone Girl (Perdida).

Mejor actor: Eddie Redmayne por The Theory of Everything (La teoría del todo) y Michael Keaton por Birdman. Ex aequo, lo siento, no puedo elegir uno.

Mejor actriz secundaria: Emma Stone por Birdman.

Mejor actor secundario: J. K. Simmons por Whiplash.

Mejor guión original: Dan Gilroy por Nightcrawler.

Mejor guión adaptado: Damien Chazelle por Whiplash.

Mejor película de animación: How to Train your Dragon 2 (Cómo entrenar a tu dragón 2). Es la única que he visto, lo siento.

Mejor película de habla no inglesa: Relatos Salvajes. Es la única que he visto, lo siento.

Mejor fotografía: Emmanuel Lubezki por Birdman.

Mejor montaje: Sandra Adair por Boyhood.

Mejor banda sonora original: Hans Zimmer por Interstellar.

Mejor canción original: Lost Stars de la película Begin Again.

Mejor diseño de producción: Nathan Crowley y Gary Fettis por Interstellar. Aunque estoy en tercero de CAV y aún no sé qué significa exactamente.

Mejor vestuario: Milena Canonero por The Grand Budapest Hotel (El gran hotel Budapest). Es la única que he visto, lo siento.

Mejores efectos especiales: Paul Franklin, Andrew Lockley, Ian Hunter y Scott Fisher por Interstellar.

Mejor maquillaje y peluquería: Elizabeth Yianni-Georgiou y David White por Guardians of the Galaxy.

Mejor edición de sonido: Martin Hernández y Aaron Glascock por Birdman.

Mejor mezcla de sonido: Craig Mann, Ben Wilkins y Thomas Curley por Whiplash.


No me matéis, sólo es mi opinión. Y tengo que trabajar con lo que me puedo. Pues hala, os dejo en paz.


jueves, 5 de febrero de 2015

Épsilon: Capítulo Segundo

II
Encendió el pitillo con un mechero de plástico azul transparente. Era el cuarto seguido que fumaba. No había sido capaz de volver a su casa. Se encontraba en los baños de la comisaría, sentada en un váter. Sus emociones luchaban contra la razón y el trabajo se mezclaba con el luto. Una única lágrima de todas las agrupadas en sus ojos había salido victoriosa de la lucha con los párpados y las pestañas y ahora se deslizaba por la comisura izquierda de su boca. No se molestó en secársela.

Escuchó cómo alguien la llamaba desde fuera. Era Tomás. Él la admiraba demasiado, y ella se estaba empezando a cansar, aunque al principio disfrutó mucho. Se secó la lágrima, echó el cigarro al váter y tiró de la cadena. Salió con normalidad.

-¿Qué tal está, señora?

-Bien, Tomás, bien.

-¿Está segura?

-Sí. Al 20%.

Recogió sus cosas de la mesa y se fue a los vestuarios para cambiarse de ropa. Pensó en cómo la recibirían en casa. Pero sería mejor que no pensase en esas cosas hasta que pasasen, no podía vender la piel del oso antes de cazarlo. Tampoco era correcto cerrar el negocio antes de intentar cazar el oso.

Conforme se cambiaba de ropa empezó a temblar más y más. Su respiración empezó a entrecortarse y su corazón empezó a doler. Un dolor agudo, azul y dañino; un dolor muy difícil de eliminar. Salió y vio a Tomás en la mesa, trabajando.

-Es muy tarde, Tomás, vete a casa.

-Estoy bien.

-Es medianoche, vete a casa. Es una orden.


Cuando llegó a casa todas las luces estaban encendidas. Vio las luces desde la calle y se preguntó quiénes estarían despiertos y quiénes estarían haciéndose el dormido. Según entró por la puerta, un cuerpo se abalanzó sobre ella y la abrazó. Su hombro derecho se humedeció de inmediato por las lágrimas que Clara estaba supurando.

No pudo resistirse y la devolvió el abrazo con fuerza. Mucha fuerza. Se abrazaban con tanta pasión lacrimógena y triste que parecía que querían ser una, ser una y no volver a ser dos nunca más. Querían fundir ese dolor marmóreo y perpetuo en uno solo, eliminar las barreras físicas del espíritu y entonar un triste canto elegíaco en perfecta sincronización. Su hija había muerto. La hija de Clara, a la que ella había llevado en su vientre, estaba muerta. Era ahora, en casa, cuando se daba cuenta de la situación. Su yo racional y profesional se había rendido y había desencadenado el torrente emocional.

El tiempo no pasaba, y no quería que pasase. Su dolor era de Clara; el dolor de Clara era suyo. Decidió resolver este caso. Decidió vengarse. Decidió no parar hasta matar a quien mató a su hija. A la sangre de su sangre, metafóricamente, a la sangre de la sangre a la que había entregado su corazón tiempo atrás.


-Voy a resolverlo, Clara. Voy a encontrar a quien haya hecho esto. Y va a pagar. Oh, sí, va a pagar.

jueves, 22 de enero de 2015

Épsilon: Capítulo Primero

I
Masticó tranquilamente el cabello castaño claro mientras miraba con desdén el putrefacto cadáver de la que en otros tiempos fue su hija. Yacía sentada, con las piernas extendidas y la cabeza caída en el recoveco de una habitación tenebrosa y oscura. La luz de la luna intentaba entrar a través de los tablones de madera que estaban apiñados contra la ventana. La espalda estaba reposada cuidadosamente contra las dos paredes del recoveco, y las manos estaban con las palmas hacia arriba posadas artificialmente en los muslos del cadáver. No había sangre. No había huellas, no había nada. A los pies de la víctima estaban sus bragas.

Olisqueó las bragas mientras observaba el resto de la habitación. Estaba prácticamente vacía y por suelo tenía unos tablones de madera oscura podridos. Había un par que faltaban, pero en el hueco resultante no había más que polvo, cucarachas y cierto olor a cieno.  Sin embargo, reparó en un pequeño garabato de la pared más lejana al cadáver, en el recoveco opuesto, en el lado del ring contrario.

Observó de cerca la pista más firme que tenía, mientras intentaba identificar su significado. No era un garabato, sino una escultura metálica, de hierro oxidado, con una forma abstracta y curvilínea. Esta escultura pendía de un fino hilo que llegaba hasta el techo. Con cuidado y unas pinzas, sujetó el objeto, cortó el hilo con su navaja y lo metió en la bolsa de plástico de pruebas.

Volvió al lugar del cadáver. Se acuclilló junto al cuerpo inerte de la joven de veinte años, de pelo castaño claro, ojos marrones verdosos, nariz aguileña, cara perfecta y cuerpo completamente destrozado. Acercó su cara a la del cadáver y olvidó por unos instantes que era su hija, fijándose únicamente en indicios de quién pudiera haber sido el asesino.

Oyó un crujido en la madera. Se dio la vuelta y vio al joven detective con el que estaba trabajando, el mejor de los que tenía a su disposición. Se levantó y salió de la habitación.

-Toda tuya, tigre. No puedo pensar con claridad. Ciérrale los ojos, ¿quieres?

Las lágrimas se agolparon en sus ojos. Había sido una semana dura, y el final de ese domingo no había sido bueno. Necesitaba un cigarro, o algo más fuerte.

martes, 6 de enero de 2015

Humo y música III

Mentiría si dijese que nunca pensé en acabar de una vez por todas con su sufrimiento. No era el hecho de que nuestros padres acabasen de morir, ni de que su novio estaba en coma, ni siquiera lloraba por el hámster que yacía en medio del polvoriento camino que serpenteaba desde nuestra casa hacia el mundo civilizado. Pero sufría y yo no podía hacer nada para evitarlo. Era un día gris cuando volví.
HUMO Y MÚSICA III

Una lluvia liviana regaba la casa y embarraba el jardín. Era un día agradable, un día de los que me gustaba. Yo caminaba por el jardín sin más que la fina capucha de mi sudadera como parapeto contra las gotas inocuas de la lluvia refrescante. Mi cigarro esquivaba milagrosamente cada una de las gotas que lo apuntaba y seguía encendido contra todo pronóstico.

Mi hermana yacía debajo del porche y tan solo un brazo era visible para el ojo avispado. No lloraba, no sufría, no sentía. No vivía. De sus labios no iba a salir ninguna nota más de música, ni un leve quejido, ni una astuta artimaña. La piel húmeda y blanquecina de su brazo se dejaba acariciar con suavidad por la lluvia plácida. Dentro, yo adivinaba los contornos de su cuerpo que estaban desnudos, secos, suaves. Lo miré fijamente durante lo que pareció un siglo y luego caminé hacia ella mientras tiraba el cigarrillo a lontananza.

Saqué el cuerpo como pude y lo dejé yacer en la hierba. La tenue brisa que bailaba la lluvia también mecía la hierba y ésta acariciaba con su verdor el cuerpo mortalmente blanquecino de mi hermana, que contrastaba con las caricias trasparentes del agua precipitada. Varias rajas en su torso y abdomen interrumpían la suavidad enfermiza de su cuerpo para violentar mi mirada con los tajos sucios y ennegrecidos de la causa de su muerte. La sangre seca se humedecía paulatinamente y se diluía. Del blanco al verde, el rojo serpenteaba por el curvilíneo cuerpo de mi hermana. Lo miré y mis ojos se humedecieron con un líquido cálido y, adivinaba, más salado que la lluvia que empezaba a arreciar.

Sus preciosos ojos marrones estaban abiertos y vacíos.

Mis ojos derramaron su propia lluvia al tiempo que caía de rodillas a su lado. Poco a poco empecé a comprender qué había pasado. Mis ojos marrones estaban abiertos y resueltos a vaciarse.

Arranqué hierbajos con las manos y gemí a los cuatro vientos. Cuando me calmé, me tumbé a su lado y apoyé mi cabeza en su hombro.

-No me llores, hermano.

Las lágrimas parecía que no paraban de brotar.

-O llórame. Pero estoy mejor así. No siento.

Mi voz no podía equipararse a la suya, ni siquiera con falsete. Pero me reconfortaba extrañamente.

-Cántame algo, hermana. Cántame nuestra canción.

Y entoné nuestra canción.

Vuela, oh ruiseñor, vuela
Pues te quiero, oh, ruiseñor;
Que ilumine esta vela
La noche que infunde tu temor.

Vuela, oh alacrán, vuela
Pues eres mi vida, oh alacrán;
Que te arrope mi tela
En esta noche sin explorar.

Vuela, oh ruiseñor, vuela
Pues te quiero, oh, ruiseñor;
Que ilumine esta vela
La noche que infunde tu temor.

Vuela, oh libélula, vuela
Pues escupes pasión de fuego, oh libélula;
Que mi alma vela
Por todos los miedos que surcan tu médula.

Vuela, oh ruiseñor, vuela
Pues te quiero, oh, ruiseñor;
Que ilumine esta vela
La noche que infunde tu temor.

Navega, oh velero, navega
Pues naces de mis muelles, oh velero;
Que la Muerte venga
Y arrulle mi corazón entero.

Vuela, oh ruiseñor, vuela
Pues te quiero, oh, ruiseñor;
Que ilumine esta vela
La noche que infunde tu temor.

Navega, oh timonel, navega
Pues guías mis esperanzas, oh timonel;
Que la Muerte pega
Y sus besos saben como la miel.

Un murciélago para dominarlos a todos: Burton y Schumacher, directores de Batman

Batman (1989), Batman Returns (1992), Batman Forever (1995) y Batman & Robin (1997).

Comienzo mi crítica en cuatro partes diciendo que buenos días, buenas tardes o buenas noches. ¿Qué tal? ¿Bien? Eso espero.
Bien, una vez acabadas las cordialidades, pongámonos en contexto. 3 y 4 de enero de 2015, me entran unas ganas tremendas de ver Birdman (or the unexpected virtue of ignorance) el 9 del mismo mes y del mismo año, película protagonizada por Michael Keaton y que da vida a un actor decaído que tuvo éxito años atrás protagonizando películas de superhéroes. Así pues, decido ver las dos películas de Tim Burton de Batman con Keaton como Wayne/bicho alado. Una cosa lleva a la otra y acabo viendo las cuatro películas pre-Nolan.

La primera: Batman. A secas, título directo, vas al cine sabiendo dónde te metes. Protagonistas: un Michael Keaton excéntrico pero comedido, un Jack Nicholson encantado de conocerse (como su Joker, pero no neguemos que Jack está encantado de conocerse muy a menudo, que se lo ha ganado) y una Kim Basinger que hace lo que puede con lo que le dan. Esta primera película es buena, entretenida para la mente adulta y terroríficamente sin sentido para la mente de un niño medio (o al menos para mí cuando la vi por primera vez). Para mí, lo bueno que tienen tanto esta como la siguiente es que Batman y Wayne no son tan protagonistas como en las siguientes. Para mí la película va de dos periodistas que buscan al hombre murciélago y ella, la fotógrafo, lo encuentra. A esta película a día de hoy, le doy un 7 sobre 10.

La segunda: Batman Returns. Bien, esta película tiene un primer acto que roza la perfección: si todos conocen a Batman y ya saben quién es y qué fue de su vida y por qué hace lo que hace, conozcamos a los malos, para que sepamos quiénes son, por qué hacen lo que hacen y qué fue de sus vidas. Y nos presentan a Pingüino, Catwoman y Shreck. O, dicho de otra manera, Danny DeVito, Michelle Pfeiffer y Christopher Walken respectivamente. Un reparto como la copa de un pino, vaya. Primer acto soberbio. Esta película creo que está más acabada que la anterior y la relación de Batman/Wayne con Catwoman/Kyle es muy interesante, morbosa y excitante. Más o menos como Holmes con Adler. A esta película a día de hoy, le doy un 8 sobre 10.

Y estas dos películas me hacen replantearme mis impresiones sobre la trilogía de Nolan, pero no voy a meterme en ese jardín porque Nolan es mucho Nolan.

La tercera, el acabose: Batman Forever. Cambio de director, cambio de actor, cambio de calidad. Si bien Tim no hacía uso de excesos y presentaba una película tan negra y carente de barroquismos y horteradas como su protagonista en versión súper, Joel se pasa todo esto por el forro de los cojones y pone colores fluorescentes al servicio de un guión deficiente y un repertorio de enemigos excéntricos y, mal que pese a un servidor, sobreactuados. Jim y Tommy hacen lo que pueden, Val Kilmer no da la talla en esta versión sosaina del personaje y Nicole se pasea por la película sin saber de qué va eso. A esta película, con un guión que hace aguas, unos diálogos para enmarcar en las oficinas de DC sobre lo que NO hacer en cine, unas actuaciones erróneamente sobreactuadas y una dirección deplorable, le doy un 3 sobre diez y da gracias.

La cuarta, fin de ciclo, gracias por jugar: Batman & Robin. Joel repite a los mandos de esta fosforita fábula del malo redimido, la mala encarcelada y los buenos más buenos que nunca porque además de ser muchos, son buenos. Fiesta y desenfreno en esta película que sigue fielmente la estela de su predecesora tanto en lo malo como en lo peor, aunque tiene ciertos puntos positivos a tener en cuenta como el hecho de que intentan meter un personaje femenino que no medio mala medio buena ni mala del todo, sino netamente buena de cabo a rabo tras su etapa de adolescente rebelde. Pero el tiro les sale por la culata y consiguen unos personajes más planos que el folio en el que escribo estas líneas, pero mejor actuados que en la anterior. Parece ser que Joel cambió de director de actores o que él tomó un cursillo intensivo de dirección de actores que tanto les hace falta a algunos. George Clooney como Wayne/Batman tiene la planta, pero no la entereza. Pero todos lo intentan muy fuerte y eso es adorablemente triste. Un 4 sobre 10, y porque intentan algo más que en la anterior, pero les sale lo mismo.



Espero que disculpéis mi prosa rancia, mi pedantería revestida de frescura falsa y mi incompetencia a la hora de criticar constructivamente o, simplemente, criticar. Pero ahora sabéis la opinión de una persona más sobre estas películas. Si eso os sirve de algo es cosa vuestra, pero si habéis leído hasta aquí es que algo interés tiene la cosa. Gracias por leerme, aceptaré opiniones, comentarios y demás menesteres siempre y cuando no insultéis sin ton ni son y seáis consecuentes con vuestros actos. Pillines.