Escena 1. La brisa.
Boogieman está sentado en la parada del autobús. Pacientemente observa los coches pasar. Durante medio minuto mira hacia arriba. Zoom a la cara: tiene una expresión constreñida, con los ojos cerrados y la cara roja; como si hiciese fuerza. Se le escapan un par de gemidos dolorosos.
Llega una señora con el carro de la compra. Se sienta a su lado. Empieza a hablarle del tiempo, de política, de cotilleos. Boogieman no puede más y se ahueca. Un atronador sonido retumba mientras una fuerte racha de viento que sale de su culo despeina a la señora y dice: <<Boogie boogie>>. La señora tenía la boca abierta.
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