martes, 30 de diciembre de 2014

Humo y música II

Hacía mucho tiempo desde la última vez que escribía. Al menos, algo tan concreto y correcto como aquél manuscrito que sostenía en mis manos en esa bochornosa tarde de invierno. Supongo que mi mediocridad se revelaba talento o, al menos, aprendizaje.
HUMO Y MÚSICA II

El calor era inusual por esas fechas, pero no sé por qué no me sorprendió en absoluto. Camiseta naranja de manga corta, pantalón vaquero azul, sudadera fina oscura de cremallera sin abrochar y mis deportivas habituales. Mi hermana vestía, por otro lado, una camiseta de tirantes ampliamente escotada, una rebeca sobre ella, una falda ni corta ni larga, unas medias impolutas y un calzado plano y oscuro. Tal era el calor en un día invernal.

Por supuesto, este calor era en el interior de la casa. Para salir al porche era necesario que mi hermana se pusiese algo más abrigado y que yo me bajase las mangas de la sudadera y me la abrochase. Y quería fumar, así que dejé a mi hermana sentada en la mesa del salón sola. Fuera, encendí el cigarro y miré a través de la ventana. Ella estaba muy quieta, muy relajada. Parecía que miraba un cuadro, que la ventana era la vitrina y la escena un Hopper perdido y recuperado.

Giró la cabeza y me vio. Se levantó y salió al porche, sin nada más de abrigo. Salió y se apoyó en la barandilla, mirando al jardín, mientras yo seguía mirando por la ventana.

-Cogerás frío.

-Estoy bien.

-¿Seguro?

-Sí, no pasa nada. ¿Qué piensas?

-Estabas tan quieta que parecía un cuadro.

-Gracias.

Me di la vuelta y me apoyé junto a ella. Olía bien, como una hermana debía oler para su hermano. Un olor platónico y perfumado, que incite a la lujuria a toda persona ajena a la familia, pero que cohíba sentimientos salvajes a la sangre de tu sangre. Era un olor agradable, así que tiré el cigarrillo al camino de tierra que llegaba hasta el porche. No quería eliminar ese olor.

-¿Te encuentras mejor?

-Sí, ya no me duele.

-¿Sigues sin saber?

-Flashes. Inconexiones.

-Ya llegará la coherencia.

Acaricié su cabeza paternalmente. Consolaba lo inconsolable. ¿Cómo consolarla por algo que ella no sabe? ¿La abrazo aunque ella no sepa por qué? Esas preguntas retumbaban en mi cabeza.

-Tengo una imagen el la cabeza.

Su voz tembló.

-¿Cuál?

Ella me miró a los ojos. Los tenía llorosos. Ella nunca había llorado, ni tan siquiera cuando nuestros padres murieron en aquél accidente de tráfico, dos años atrás. Rompió a llorar y me abrazó con fuerza.

-Él también no. Por favor, él también no.

Devolví el abrazó con más fuerza que ella, y ella estrujó aún más. notaba mi hombro húmedo y me descubrí con que las lágrimas empezaron a supurar de mis ojos también. Nos quedamos de pie, llorando, abrazados.

Empecé a cantar aquella canción nostálgica. Intuí una leve sonrisa en mi hermana, y ella cantó conmigo. Cantando, apaciguamos las fieras de la tristeza y borramos la pizarra de los sentimientos. Necesitábamos un comienzo nuevo.

sábado, 27 de diciembre de 2014

De bailarinas, policías y guardianes: el 2014 a nuestros pies.

Un año se va y otro entra, parece un chiste malo, como cada Navidad. Qué pesadez de repasos a lo mejor del año, ¿verdad? Pues yo me apunto a la fiebre. Mi top diez es absolutamente subjetivo y no está sometido a pruebas ni votaciones ni giliflauteces.  El orden es de absoluta preferencia. Solo he tenido en cuenta las que se han estrenado durante el 2014 en España. Como sabéis la primera es de 2012 pero como somos unos retrasados pues eso. Enjoy yourselves.

1. FRANCES HA, dirigida por Noah Baumbach y escrita por Noah Baumbach y Greta Gerwig.

2. LA ISLA MÍNIMA, dirigida por Alberto Rodríguez y escrita por Rafael Cobos y Alberto Rodríguez.

3. GUARDIANS OF THE GALAXY, dirigida por James Gunn y escrita por James Gunn y Nicole Perlman.

4. INTERSTELLAR, dirigida por Christopher Nolan y escrita por Christopher y Jonathan Nolan.

5. BOYHOOD, escrita y dirigida por Richard Linklater.

6. MAGIC IN THE MOONLIGHT, escrita y dirigida por Woody Allen.

7. FRANK, dirigida por Lenny Abrahamson y escrita por Jon Ronson y Peter Straughan.

8. HER, escrita y dirigida por Spike Jonze.

9. DOM HEMINGWAY, escrita y dirigida por Richard Shepard.

10. UPSTREAM COLOR, escrita y dirigida (y otras mil cosas) por Sam Carruth.

Bonus Track:

11. TRUE DETECTIVE, escrita y creada por Nic Pizzolatto y dirigida por Cary Joji Fukunaga. Quien me diga que no es una película le reviento la cabeza. Esta miniserie es más cinematográfica que tres cuartas partes del cine español, que parecen bromas de feria y videos de youtube hechos con mal gusto.

martes, 7 de octubre de 2014

Ese pequeño gran secreto tuyo

Hablemos de ese pequeño gran secreto tuyo.

Sí, ese secreto.

En efecto, me refiero a ese grano que tienes en la puta cara.

No, ese no, el que tiene el tamaño de tu nariz.

¿Qué te pasa, tronco? ¿No sabes que eso es mierda lo que tienes ahí metido?

Pues explótalo, qué vas a hacer si no, ¿metértelo a hostias?

Ya imaginaba. Claro que duele, es un puto grano. Es pura mierda dentro de tu piel, presionando contra tus nervios. Duele de cojones.

No, a mí no me líes. Tu grano, tu trabajo. No pienso poner mis dedos encima de esa cosa tan asquerosa.

¡He dicho que no, cojones!

Sí, eso puedo hacerlo, pero no te lo recomiendo.


Vale, tú lo has querido. ¡Madre, aquí hay un grano que puedes explotar! ¡Es asqueroso, disfrutarás mucho!

martes, 26 de agosto de 2014

El caballero y la doncella en apuros

Un pequeño río vadea la agreste y moderadamente descomunal montaña. Los pájaros solían cantar alegremente, pero en el paisaje ahora descrito los muy capullos callan como los pajaritos adorables que no son. A veces, alguna motocicleta pasa deliberadamente con ruido y devastación contaminante y arrasa con todo lo que ve, y generosa no es, pero eso se debe a un agujero de gusano que las hace viajar en el tiempo y la dimensión. También se pasean sin ton ni son unos cuantos payasos de circo que, sin quererlo, resultan más terroríficos y horribles de lo que cualquiera de vuestras mentes perversas podría imaginar, prever, soñar o desear.

Y entonces llega en su caballo blanco, un rocín que no está precisamente flaco [guiño, guiño], y se desmonta con ciertos aires de magnificencia y narcisismo que se evaporan en cuanto el primer pie aterriza en una piedra pequeña, puntiaguda y puñetera que hace que el caballero de melena rubia y al viento tropiece y caiga dando tres volteretas hacia adelante, dos hacia atrás, una lateral y acabe intentando salvar la humillación con un doble tirabuzón con mortal hacia atrás que acaba en absoluto fracaso porque al caballero se le olvidó orinar y defecar antes de salir de casa y del esfuerzo se le escapó todo, pedos incluidos. Unos jajas que se echan lo pájaros que ni os podéis imaginar porque, veréis, los pajarillos amarillos estos tienen un sentido del humor muy similar al de los niños pequeños, los borrachos y los atontados en general que se ríen con las bromas de caca-culo-pedo-pis. Las cuales, por otro lado, son siempre las mejores bromas de todas, las que entiende desde el más intelectual, pedante, remilgado y estirado psicópata millonario hasta el más pasional, analfabeto, desentrenado y generoso vagabundo.

El caso es que el caballero ya se ha levantado, desempolvado la armadura, cogido la piedra y arrojado hacia la lejanía que se extendía a su frente, dirigido al río, quitado la armadura, bañado en el río, lavado sus ropajes y la mierda y el meado que había salpicado la armadura, vestido de nuevo, vuelto al caballo y ahora está dirigiéndose a pie a la boca de la cueva en la que tenía pensado matar a un dragón, rescatar a una doncella que estuviese buena (porque todas las doncellas tienen que estar buenas), tirarse a dicha doncella, irse de su alcoba antes del alba y no enviarle una carta nunca más. Que por algo es Sir Misoginia, y tiene que hacer honor a su deshonroso nombre.

Lo que no sabe es que la dragona de esa cueva tiene buen corazón, no en vano es conocida como La Buena Serpiente en ese valle, y que hace tiempo que dejó marchar a la doncella que su jefe le había asignado y, para hacer el paripé, había capturado a una mona, del género femenino para no desviarse demasiado de su cometido, y la había vestido con los ropajes que la anterior doncella se había dejado olvidados en el tendedero. Lo que no saben ni la dragona, ni la doncella retirada, ni el caballero (obviamente, ya que él sólo sabe su nombre, montar a caballo, reproducirse y olvidarse de todo lo demás), ni la propia mona, es que la mona ésta en cuestión está considerada una gran belleza y una simio cañón en la sociedad primate que habita cerca de la montaña.

Ah, mirad cómo el valiente caballero desenvaina su espada y se adentra en la cueva. Muy valiente, sí. Él, vestido con ropa y armadura, armado con una espada y protegido con un escudo contra una dragona completamente desnuda. Muy valiente sí, oh coraje, oh corazón de león. ¿No hay huevos a ir desnudo, sire? No, no los hay. O sea, literalmente sí, tiene dos testículos bastante gordos y a punto de explotar porque lleva cerca de tres días sin mojar y eso le pone de mala leche y, como se niega a masturbarse, pues tiene lo que viene a ser la huevera repleta de su suero del amor. Pero lo que se conoce culturalmente como “tener huevos” no los tiene. Sinceramente esa expresión tiene todo el sentido del mundo, porque alguien valiente tiene que tener huevos, es lógico, todas las gallinas tienen huevos, y si no tienen huevos ya pueden salir corriendo. Pero vamos, que va todo armado a enfrentarse a una dragona desnuda y que solo puede defenderse con lo que la Naturaleza le ha dado. Vale, sí, la Naturaleza le ha dado unas garras puntiagudas, unas escamas más duras y resistentes que el acero, la capacidad de arrojar fuego por la boca y las fosas nasales, tres hileras de colmillos bastante afilados, una cola acabada en pinchos, cuernos relucientes y una inteligencia equiparable a la media humana (lo que quiere decir que es mucho más inteligente que el caballero de la melena al viento); pero no es justo que el caballero pueda ir con utensilios de cocina a la batalla.

Vaya, me he despistado y no me ha dado tiempo a contaros la batalla entre Misoginia y La Buena Serpiente. A penas ha durado nada. De un mordisco la dragona ha partido por la mitad al caballero, pero no se lo ha comido porque olía y sabía a mierda.


Y colorín colorado este cuento se ha acabado. Totalmente ficticio a pesar de la veracidad de mis palabras. Los personajes están cien por cien inventados y para nada son objetos de una analogía satírica y aguda; cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. No soy tan inteligente, por dios.

domingo, 10 de agosto de 2014

Libertad

Pongamos que estás desayunando, ¿vale? Digamos que, aparentemente, estás desayunando bien, lo de siempre, lo habitual. Ya sea una simple taza de café o un desayuno de primero, segundo y postre, tienes que empezar y acabar, ¿no? Pues bien, pon que empezaste a desayunar bien, con hambre (o no, pero ya tienes la costumbre de desayunar y tampoco quieres empezar el día con el estómago vacío o privándote de un té humeante bien sabroso) y sin nada raro. Ahora bien, llega el final del desayuno, te falta nada más que medio vaso de leche con cola cao y medio pan de leche y empiezas a sentir un cosquilleo en la nariz. Aguantas el estornudo porque estás masticando un trozo de ese bollo industrial que tanto te gusta y sufres bastante, pero da igual porque no quieres poner la mesa perdida. El problema, es que con el estornudo viene un moco escurridizo que se desliza por el  techo de tu fosa nasal hasta que está en el borde. Ya solo te queda beber la mitad del vaso y habrás acabado. ¿Qué hacer? ¿Me levanto y cojo un pañuelo y me sueno la nariz? ¿Me arriesgo a que el moco se caiga en la leche? Pues no haces ninguna: levantas la cabeza levemente, para evitar que el moco caiga y te llevas la taza, o el vaso, a la boca sin mirar. Consigues atinar y beberte la leche, o el té, o el café, sin derramar una sola gota. Pero el moco sigue ahí y el cosquilleo provoca que quieras estornudar otra vez. Entonces piensas que, antes de eso, deberías recoger la mesa, así que llevas los trastos a la cocina rápidamente, respirando por la boca y mirando un poco al techo. Por fin, eres libre de coger el pañuelo y soplar muy fuerte. Y lo que sientes, piensas, es un alivio tan brutal que te atreves a compararlo al placer del orgasmo sexual, al placer del dolor de la agujetas y al placer de dormir cinco minutos más sin remordimientos de conciencia. Y, piensas, que, de hecho, es mucho más placentero que todo eso junto; porque por fin respiras, por fin la nariz deja de hacer cosquillas y sus paredes están secas y libres de mocos. Y eso, queridos amigos, eso es libertad.

martes, 22 de julio de 2014

El festín

Sublime entrecot de abeja,
Religioso suave bistec amarillo,
Crujiente hueso de armadillo,
Apaleada blanca lana de oveja.

Tristemente emparentada ardilla,
Reciclada en los muelles con ceja,
Que era hallada clavada con una reja,
Se comió toda esa deliciosa maravilla.

Indispuesto estómago de tal animal
No sintió nada al ser atravesado,
Pues la estocada fue bastante cordial.

El cuerpo quedó a penas desgastado
Y, maquillado para una fiesta formal,
Sangra vísceras y yace pulcro y atusado.

viernes, 18 de julio de 2014

Leoncio Panzarriba y la verdad sobre los libros esos que tanto lo gustan

Si hay algo que hay que tener en cuenta a la hora de hablar con Leoncio es que no le gusta nada ese nombre y que, a menos que queráis morir insertados en unos palos de madera mal afilados, deberéis dirigiros a él como León o “Su Majestad”. Por supuesto, nadie le llama de la segunda manera ya que sería ofensivo para las familias Reales de mundo, aunque, claro, últimamente se ofenden con dos de pipas.

A pesar de todo lo malo que se puede decir de León, la verdad es que es un chiquillo bastante afortunado. 
A parte de ser algo más que un experto en la manufacturación de lanzas de madera, se trata del único ser humano capaz de hablar con los codos y no me refiero a la metáfora. Literalmente habla por los codos, algo que le ha acarreado más una burla y alguna que otra oferta indecente por parte de mujeres y hombres morbosos y fetichistas, y pervertido porque tiene dieciséis años. Os asombraría la cantidad de personas van buscando por bares y lupanares a personas capaces de hablar por los codos.

Luego está el dato más relevante de la vida de Leoncio Panzarriba Rodríguez: un día claro, en el que el sol jugueteaba a salir detrás de las montañas del Valle del Caído, que no ha de confundirse con el Valle de los Caídos ya que en éste último está enterrado el dictador Franco y en el primero simplemente se adora a Lucifer, lo que hace mucho menos daño a la humanidad, León salió a la calle. Tenía once años y era verano y, como no podía ser de otra manera, esperaba ansioso su carta de Hogwarts, lo cual era inútil porque no estaba en Gran Bretaña, sino en pueblucho alejado de la mano de Dios en la estepa Castellana. No vale la pena que busquéis el pueblo porque no está en ningún mapa. El caso es que el niño, al ser capaz de hablar por los codos y haber leído ya varios libros, pero no todos, de Harry Potter, necesitaba ser un mago.

La fortuna parecía sonreírle hasta el momento: vivía con sus tíos, a los que se había obligado a sí mismo a odiar aunque le trataban muy bien, tenía una cicatriz en la mejilla izquierda (aunque sus tíos insistían en que era una pequeña marca de nacimiento) y su pelo negro crecía sin ton ni son. Miró él personalmente el buzón y nada, otro día de verano en el que no había rastro de la carta de Hogwarts.

Se había resignado a que la magia era mentira y que los libros era solo eso, libros, cuando una noche calurosa, llegó una lechuza a la casa. Era parda, inteligente y llevaba consigo una carta. La carta no era de Hogwarts, pero sí de su homólogo español.

Su tío, Alberto, cogió la carta y corrió a darle un abrazo a León. Resulta que no le habían dicho que era un mago porque ya había leído cosas sobre ellos y creían que lo había deducido y descubrió, para su asombro, que sus tíos también lo eran, al igual que el resto del pueblo.

Interesante historia, ¿verdad? PUES ES TODO MENTIRA, NO EXISTE LA MAGIA. NI LA MAGIA, NI HOGWARTS, NI CUATRO CAMPEADORES*, NI HARRY POTTER, NI NADA. QUE NO OS ENGAÑEN, ES TODO MIERDA EMBUTIDA Y REVESTIDA DE BONITAS HISTORIAS DE AMOR, AVENTURAS Y AMISTAD. Alguien tenía que decirlo.




*Cuatro Campeadores es el homólogo a Hogwarts en España, fue fundado por cuatro magos muy poderosos, el único conocido en el mundo Muggle era el Cid Campeador, y tiene una estructura académica exacta a la de Hogwarts. Estos magos, aunque los más poderosos de España, no le llegaban a la suela de los zapatos a los británicos y hasta tenían menos imaginación por lo que no pusieron un nombre muy original, la verdad. En la actualidad, equipara en calidad a los mejores de Europa y ha estado a punto de participar en el Torneo de los Tres Magos en más de una ocasión, perdiendo el puesto frente a los búlgaros debido a los contactos (y algún que otro escándalo de soborno) con el comité que acepta a los colegios participantes. El Gobierno mágico en España es, contra todo pronóstico, lo contrario al Gobierno Muggle y están a la cabeza de Europa, a excepción de Gran Bretaña.

domingo, 6 de julio de 2014

No todos los héroes sobreviven

Merodeaba sigilosamente mientras grababa todo con su pequeña estilográfica. O eso quería él. En realidad caminaba torpemente detrás del conserje mientras se fijaba mucho en que nadie lo veía. De vez en cuando tropezaba con alguna baldosa rota o algún banco de la pared. Afortunadamente el conserje estaba más sordo que una tapia y seguía caminando lenta pero decididamente hacia adelante.

Al poco rato, el conserje giró noventa grados, abrió una puerta y entró en la habitación a la que llevaba dicha puerta. Cerró tras de sí y, según pudo oír su perseguidor, echó la llave.

La desesperación conquistó a nuestro héroe y se resignó a tener que proseguir su investigación algún otro día de la semana. Dio media vuelta y se fue por donde había venido. Iba a salir por la puerta del edificio cuando escuchó un grito prolongado y aparentemente femenino.

Se paró en seco, sacó pecho y volvió a dar media vuelta. Sacó de su espalda una pistola, la cargó y avanzó lentamente hacia el eco del grito.

Llegó a la puerta en la que había entrado el conserje y la encontró abierta de par en par. Había un rastro de sangre que se alejaba. Echó a correr ladeado y con cierta gracia cómica. Se escurrió con la sangre, cayó y se golpeó en la cabeza muy fuerte. Perdió el conocimiento, lamentablemente.

*                                        *                       *                       *                                            *

Se despertó atado a una silla. Estaba en lo que parecía un sótano y vio que delante tenía a la mujer que había gritado. Estaba colgada del techo con las manos atadas, la cabeza baja y completamente ensangrentada. Estaba desnuda, pero no se le puso tiesa a nuestro héroe porque no estaba el horno para bollos. Él, por el contrario, estaba vestido lo que dejaba bien clara la orientación sexual del agresor, la cual era algo enfermiza. Tenía una bola de tela metida en la boca y una tira de cinta americana plateada, la típica para estas situaciones, tapaba sus labios y los mantenía cerrados.

Intentó zafarse de todo pero solo consiguió caerse. Empezó a llorar.

Al rato llegó el conserje, quien enderezó a nuestro héroe y le quitó la mordaza.

-¿Para quién trabajas? ¿Quién eres? ¿Quién más lo sabe?

-Vete a la mierda -respondió, luego escupió al conserje en la cara.

-Contaré hasta diez, sino me contestas la mataré.

-Ya está muerta.

-No, pero la mataré si no me contestas -amenazó el conserje mientras despertaba a la mujer de su letargo.

La mujer tardó poco en despertarse y gritó. El conserje le tapó la boca con la mano a la par que susurró palabras amenazadoras en su oído. Ella calló y miró a nuestro héroe mientas sollozaba. Le dolían partes del cuerpo que no sabía que tenían sensibilidad y se sentía sucia en sus partes íntimas.

-Diez…

-No lo harás, te gusta hacerla sufrir.

-Cinco…

-¡Eh, eh! Cuenta más despacio.

-Tres, dos…

Nuestro héroe desafió al conserje con la mirada y guardó silencio.

-Uno.

El conserje rompió el cuello de la mujer con un único y brutal movimiento de brazos. Nuestro héroe gritó de dolor y las lágrimas empezaron a caer con mayor intensidad. Se revolvió en la silla y empezó a amenazar al conserje.

-Quien avisa no es traidor. Ahora habla o el próximo serás tú.

Con la furia, el dolor y la agitación del momento subió la adrenalina de su cuerpo y, de repente, tuvo una fuerza hercúlea momentánea que le sirvió para romper las cuerdas que lo ataban al respaldo de la silla y a las patas de la misma. Siempre gritando, se abalanzó sobre el conserje quien todavía llevaba ventaja.

El conserje inutilizó e inmovilizó a nuestro héroe.

-Te lo he advertido -susurró a su oído.

Soltó a nuestro hombre impulsivamente, quien estaba algo aturdido, cogió un machete del suelo y cortó la cabeza de nuestro héroe de un tajo. A penas sintió nada. La cabeza se quedó en su sitio durante unos momentos hasta que cayó al suelo y rodó unos pocos metros.

viernes, 4 de julio de 2014

Sassy, Cutie, Dick

Un relámpago cruzó la noche e iluminó la cara de Sassy el Sastre. Su cara estaba zambullida en mala leche y cierto toque de sarcasmo. Era alto, delgado e inexplicablemente grácil. Se movía con estilo y daba tajos a la ropa con una precisión felina.

Otro relámpago iluminó la noche y cruzó la cara de Cutie la Cazadora. Su cara arrojaba fiereza y amabilidad a partes iguales, aderezada con algunas pecas en las mejillas. Era alta, fornida e inexplicablemente grácil. Estaba quieta con mucha presencia y sus brazos y piernas esquivaban los tajos del sastre imperceptiblemente.

Los truenos empezaron a cobrar fuerza y algún rayo que otro fue visible a través de la ventana.

Sassy el Sastre pensaba que su cliente actual era bastante hermoso, pero no era su tipo de persona ya que era una mujer. También jugueteaba con la idea de que ella debía estar muy desesperada por conseguir el traje ya que había aparecido en medianoche y con un buen fajo de billetes. Obviamente le estaba cobrando mucho más de lo que cobraba a la gente que iba a la sastrería a horas normales y que hacía pedidos mucho más ordinarios y comunes. Meter el bajo, acortar las mangas, ajustar los trajes a los hombros…lo normal. Pero eso era demasiado, era un traje finísimo y de la mejor calidad, de hombre y no de mujer, y le había pedido que lo quería roto milimétricamente. Una locura. Por supuesto no le había dicho nada, salvo un comentario sarcástico acerca de su “delicado cuerpo” y una reverencia a la que cualquier otra persona con dos dedos de frente se habría subida al grito de “¡YIIIHAAA!”.

Cutie la Cazadora pensaba que el sastre era muy desagradable tanto en modales como en educación, siendo ella la única persona que entendía la diferencia entre esos dos conceptos. También tanteaba la posibilidad de asesinarlo para así no tener que pagar ya que necesitaría mucho dinero para hacer lo que quería hacer. Pero necesitaba un sastre porque ella no tenía tanto pulso como para hacer los cortes a la ropa ella misma. Aunque todo daba igual porque, como cualquier otra misión, acabaría desnuda en medio del desierto, con una mano delante y otra detrás. Ya llegaría Dick el Doctor con ropa y un vehículo apropiado para salir de allí. Y claro, no podía asesinar al sastre porque el doctor se iría.

Dick el Doctor estaba precisamente en esa sala, pero los relámpagos no iluminaban su cara. Estaba sentado, vistiendo un traje a medida, con las piernas cruzadas y un vaso de whiskey en la mano derecha. Era alto, musculoso y su cara parecía estar esculpida por los ángeles. Dick el Doctor no era doctor, era el juguete sexual de Cutie y siempre jugaban a médicos y pacientes. Dick el Doctor no pensaba porque nadie necesitaba que pensase, no como otros hombres que no piensan aunque el resto de la humanidad lo necesite.

Nadie hablaba, dos de las tres personas pensaban y tan sólo una de ellas tenía claro su lugar en el mundo y era absolutamente feliz. La persona feliz era la que no pensaba, por supuesto.
Cuando el Sassy el Sastre acabó el traje de Cutie la Cazadora, Dick el Doctor se levantó y miró a su jefa. Ella le dio la señal, que consistía en guiñar el ojo izquierdo al tiempo que hacía el pino, y él procedió al rápido y muy agradable proceso de quitarse la ropa.

Sassy el Sastre se quedó paralizado ante la belleza hercúlea del acompañante de su cliente, a quien a partir de ahora se dirigiría en sus pensamientos como Cliente Adjunto. Pero él no era su tipo de persona porque era un hombre. Dick se dirigió hacia Sassy y, con una sonrisa estúpida, empezó a darle una paliza de aúpa. La sangre salpicaba por todos lados y el desnudo cuerpo de Dick se coloreaba poco a poco con la pintura de la vida. A cada movimiento de violencia, sus músculos se tensaban y destensaban provocando en cualquiera que tuviese el honor de presenciar la escena orgasmos múltiples por doquier. Cutie era quien tenía el honor y estaba alejada, observando desde lejos para no mancharse.

Sassy estaba muerto y no le importaba mucho porque estaba muerto y a los muertos no les importan las mismas cosas que a los vivos. A los muertos no les importa estar muertos porque, en realidad, no se enteran de que están muertos y, aunque les cuesta un rato darse cuenta, acaban por resignarse a no vivir. Lo cual es fácil, ya que están muertos.

Cutie estaba viva, contenta y con una misión muy importante por delante. Ya estaba preparada y ver a Dick matar a puñetazos siempre le ponía cachonda y la calentaba para ponerse trabajar.

Dick estaba vivo, sucio y con la sonrisa de quien es feliz porque no piensa. No pensaba porque no pudiese o tuviese algún problema mental, sino porque una vez pensó y le dio dolor de cabeza.

lunes, 30 de junio de 2014

Cinco para la gloria: el 2014 hasta el momento

Hay varias razones para que publique esta lista de lo mejor y/o más interesante que he visto en estos primeros seis meses de 2014. La razón más importante es para compartir mis impresiones pero la razón principal es que soy adicto a las visitas a mi blog y hace mucho que no las hacéis. Así que agarraos los machos y viajad conmigo en el corto, intenso y superfluo viaje a lo que me ha parecido ser lo mejor y/o más interesante de lo que va de año. Cinco películas he elegido. Por supuesto, son sólo las estrenadas en España entre el 1 de enero de 2014 y el 30 de junio de 2014. Y son sólo desde mi modesta y, por qué no, subjetiva opinión.


1. Frances Ha: la más perfecta.

Dirigida y coescrita por Noah Baumbach y protagonizada y coescrita por Greta Gerwig, confieso que fui al cine con expectativas. Esas expectativas se vieron cumplidas y, ante mi asombro, sobrepasadas ya que esperaba una película indie de corte reflexivo y tirando a lenta y lo que me encontré fue la película más divertida de lo que llevamos de año. Sólo me asalta una duda, una pregunta: ¿conseguirá mantenerse la primera en mi lista durante otros seis meses?


2. The Wolf of Wall Street: mejor relación duración-ritmo.

Peter Jackson, te presento a Martin Scorsese. Martin, te presento al pesado de Peter. Ahora, lucharéis por un puesto en la categoría de Películas de Tres Horas que se Pasan Volando. Lo siento, Peter, Martin te ha dado una buena paliza. Eso es, esta película dura mucho, te estampa contra la butaca por su ritmo frenético y, cuando acaba, dices “gracias a Joss que ha durado lo que tenía que durar y no han cortado metraje”. Y eso, si me permitís, son palabras mayores.


3. Only Lovers Left Alive: chúpate esa, Crepúsculo.

Esta es la última que he visto y la que me ha dado una sorpresa más agradable. En su lentitud y romanticismo, he encontrado una película que me ha reconciliado con los vampiros, porque Crepúsculo me había hecho odiarlos un poco. También es verdad que Buffy, cazavampiros me ayudó en la recuperación, pero son Adam y Eve los que me han hecho recuperar la fe en los vampiros existenciales y depresivos. Porque vivir tantos años te tiene que dejar tocado del ala.


4. Upstream Color: rara, extraña y, por ello, la más interesante.

Vale, ciencia-ficción o eso parece. Hay cerdos, hay historia de amor, hay cosas raras e incomprensibles y un guion de lo más barroco. Pero me gustó a pesar de que me dejó el cuerpo chafado y la mente destrozada de tanto hacerme pensar. Quizá me gustó por eso, porque a veces, de vez en cuando, necesito una película que me haga pensar en vez de hacerme reír y disfrutar. Esta es la mejor película que puedes ver si necesitas exprimirte el cerebro, intentando averiguar qué narices te intenta contar el multi-tarea Shane Carruth (director, guionista, compositor, montador, productor, director de fotografía, operador de cámara y coprotagonista).


5. Dom Hemingway: mi debilidad por el cine gamberro.

Dicen que la comedia está infravalorada, y tienen razón. Pero entre la comedia sofisticada y de humor inteligente (yo qué sé, Woody Allen por ejemplo) y la comedia vulgar y guarrindonga (Torrente y unas cuantas de Hollywood), hay un tipo de comedia que no está prácticamente ni considerada como cine: la comedia gamberra, esa que no es especialmente guarra ni especialmente inteligente pero que hace y dice brutalidades y usa tanto el gag visual como el gag verbal. Y, además, tiene una tendencia a la épica anti-épica, sin trompetas ni Wagner. Pues bien, para mí, Dom Hemingway es el mejor ejemplo de ese tipo de comedias que están injustamente a la altura del betún de lo que va de año.


Sólo queda preguntarme si Boyhood, Guardians of the Galaxy, Open Windows, Interstellar, El Niño, Magic in the Moonlight, Lucy o Gone Girl, entre otras que pueda i a ver, lograrán desbancar y/o acompañar a estas cinco películas que tan pedantemente he elegido.


Gracias por vuestra atención y espero que no hayáis perdido mucho tiempo.

martes, 17 de junio de 2014

Tricoticotá, tricoticotí

Tricoticotá, tricoticotí.

Crece en el mar
una aurora singular.

Tricoticotá, tricoticotí.
Amanece sin alma
una vida en calma.

Tricoticotá, tricoticotí.

Resuenan trompetas
a falta de tormentas.

Tricoticotá, tricoticotí.

Supuran las heridas
que jamás serán vencidas.

Tricoticotá, tricoticotí.

Te cuento un chiste
porque ayer me viste.

Tricoticotá, tricoticotí.

Me meo en la acera
porque eres una pesetera.

Tricoticotá, tricoticotí.

Pliegas tu mirada
y salgo de la nada.

Tricoticotá, tricoticotí.

¡Ay, eres mi hermana,
no seas marrana!

Tricoticotá, tricoticotí.

Cometimos incesto
y comimos pisto.

Tricoticotá, tricoticotí.

Tricoticotá, tricoticotí.

Tricoticotá, tricoticotí.

Tricoticotá, tricoticotí.

martes, 3 de junio de 2014

Carta Magna Forestal

Pestilentes y malolientes, dicharacheros y parlanchines antropófagos de manual: a vosotros os hablo. Basta de animaladas sin conocimiento de causa, parad de una vez de hacer gamberradas sin alma. Provocad a la estabilidad, desequilibrad el balance con buenos motivos. Devorad a los que se creen superiores y alimentad a vuestros iguales con las frutas honradamente conseguidas. Derruid cuanto queráis, celebrad las victorias del rival sin igual. Atacad al ser humano acomodado e incomodadle con palabras toscas y sin censurar, no actuéis sin justificar.

Atraed a más pestilentes y malolientes, dicharacheros y parlanchines antropófagos de manual a vuestra causa; alabad la anarquía de vuestras mentes y abrazad el caos que impera en vuestros corazones. Atrancad las puertas de vuestras viviendas, atrincheraos en las barricadas tan difícilmente construidas para soportar los tiempos que vivimos, proteged vuestras cabezas de las hostias dolorosas de vuestro opresor. Agarraos los testículos con las dos manos, apretad los dientes y, por fin, rebelaos. Agarraos los ovarios con las dos manos, apretad los dientes y, por fin, rebelaos. Corred con celeridad hacia el fin de los tiempos del sometimiento, desbancad al tirano que con mano de hierro y cabeza de plasma omite vuestras palabras tras ignorarlas con mucha insistencia. Matadlos, intelectualmente. En lo físico ni tocarlos.

Respirad y sentid el aura de libertad, la sensación envolvente y las alas que os crecen en la espalda con sabor a eternidad. Brillad descaradamente en medio de la oscura noche, sin ánimo de lucro, por pura humanidad. Iluminad el camino a los que están perdidos, ellos y ellas os lo pedirán; dejad tranquilos a los que se han encontrado, ellos y ellas lo omitirán. Ayudad a quien lo pide y preguntad si necesita ayuda al que lo calla, pero no le impongáis una ayuda que no es bienvenida. Descansad al séptimo día, pero sobrevolad las cercanías de la felicidad absoluta y la libertad perpetua y temed el regreso de la promesa angelical.

¿Qué es eso que todas llaman libertad? ¿Cuántas la han tocado con sus manos? ¿Existe tal cosa? ¿O es una ilusión? ¿La vida es libre? ¿La vida es sueño? ¿La vida merece la pena ser vivida? Admirad los paisajes del planeta: las montañas, los valles, los océanos, las personas, las mentes, los cielos, las personas. Somos exactamente iguales por ser todas diferentes, somos perfectas por tener todas y cada una imperfecciones. Y el único defecto reprochable es la violencia.
Siempre vuestro,

Robín Hood.

jueves, 29 de mayo de 2014

Poesías macabras

Deshuesados y arrodillados,
Los cuerpos yacían sin respirar;
Despiezados y apagados,
Sus ojos veían sin mirar.

Destrozados y magullados,
La sangre corría hacia el mar;
Desmembrados y acabados,
Los buitres engullían sin parar.

Desangrados y enquistados,
El acero recorría la carne al rasgar;
Despedazados y exprimidos,
Los gusanos surgían al supurar.

Cercenados y sesgados,
Los vivos los vieron al tronar;
Enterrados y olvidados,
A dos metros bajo tierra volvieron a respirar.

jueves, 22 de mayo de 2014

Psiquiatría nivel usuario

-Tengo una pequeña espina clavada en lo más profundo de mi alma. No hay quien me la quite o me la arranque de la carnada.

-Deja de hablar en prosa rimada y arriba esos ánimos, parece que todo va mejor.

-Todo va viento en popa, de eso no tengo ni la más mínima duda. Pero sigo respirando a marchas forzadas e intermitentes por culpa de mis errores pasados.

-Tal y como yo lo veo, tus errores te han traído al ahora y los errores que cometas hoy, te llevarán a un mañana aún por determinar y aún puede ser mejor que el presente.

-Mezclas los tiempos y provocas galimatías en mí, vizconde. Habla claro.

-Sólo digo que no te arrepientas de los errores, pues ellos forman lo que eres. Tampoco te enorgullezcas de haberlos cometido, simplemente aprende de ellos.

-Esta espina es muy puntiaguda y profunda.

-¿De qué se trata?

-Cosas hirientes y vergonzosas, por supuesto.

-¿Puedo oírlas?

-Puedes oírlas, pero no de mi boca.

-No te achiques, no flanquees ante la verdad de tus actos; el primer paso es hablar de tus fatales errores.

-Ya he hablado con gente de ellos, de él. Pero sigo sin sentir alivio ni desintoxicación. A veces, en la cama tumbado bocarriba, siento una asfixia irreal y sosegada, tranquila. Una serpiente peluda recorre mis venas al tiempo que el veneno de sus colmillos redondeados penetra por cada uno de mis orificios nasales, impertérrito ante la mirada suculenta mi alma enrarecida y apocada. Su aroma infrahumano rellena mis pulmones con su verdor insípido y, desamparado, busco alguna mano que me rescate de esos sueños astrales que vivo desde el interior de mi cueva más profunda. A veces, en la cama tumbado bocarriba, me siento perdido. Otras, su mayoría, encuentro el consuelo del soñador que no vive y del dramaturgo que planifica su vida con grandes dosis de adrenalina. Pero al final la asfixia me encuentra, ineludible e inevitable.

-Sin duda, barón, tienes problemas que trascienden mis conocimientos, lamento que mis consejos no sean útiles.

-No necesito consejos, sino oídos. Oídos que no juzguen ni mi historia ni mi pasado, pues para eso me basto yo solo.

-Entonces, ¿oiré tus errores por tu propia boca?

-Sí, pero si me juzgas, incluso positivamente, nuestras relaciones de amistad y negocios habrán terminado para siempre, vizconde.

-En ese caso, mejor será que empieces ya, barón, pues el crepúsculo nos acecha y en la noche tan sólo soy capaz de juzgar y beber. Y los dos sabemos que ya no me dejan beber.

sábado, 17 de mayo de 2014

Firefly y Serenity, mis nuevos amigos

¡Oh, Joss, maestro que ilumina mi ser más friki! ¡Oh, luciérnaga metálica que alumbra el oscuro espacio! ¿Que qué es eso que tiene Firefly que no tengan el resto de series? No sé, la verdad.

Para empezar la primera temporada (hasta que no mueran ninguno de los miembros de reparto o Joss, no la daré por terminada) tiene un guion redondo. Del todo. Mantiene la trama principal de manera sutil para explotarla más adelante (algo que desafortunadamente Joss se vio obligado a comprimir en un guion de dos horas para su opera prima) que se pasea entre el thriller psicológico y el más básico de los argumentos del salvaje oeste: búsqueda y captura de los bienintencionados malhechores. ¿Y cómo se sostiene esto? Pues gracias a sus magníficos y excéntricos personajes que van desde lo más tópico (Jayne como el tipiquísimo mercenario) hasta personajes más fuera de los estereotipos (no sé vosotros, pero que el personaje más sabio y mejor visto por la sociedad de la tripulación sea una prostituta -acompañante- de alto standing me parece de lo más innovador, sobre todo teniendo en cuenta que la serie es de los albores del siglo XXI y estaba emitida por la FOX). Estos personajes manejan las situaciones de manera que rebajan el dramatismo a niveles ridículos y consiguen que te rías (al menos a mí me ha pasado) con alguna que otra muerte y, sobre todo, con más de una situación más propia de sitcom de risa enlatada (sin la risa enlatada) que de drama intergaláctico con aires de western.

Grotesca, inteligente, irónica, crítica, apasionante, tensa a momentos, completamente ligera a otros y con un capítulo lacrimógeno (para aquellas personas de lágrima fácil) es que lo tiene todo.

Los personajes más complejos son…qué narices, todos los personajes tienen como mínimo dos capas. La más evidente es River, pero su situación es especial por lo que dejaremos de lado sus obvios problemas mentales (provocados por el Imperio, perdón, la Alianza), para poder ver que todos los demás tienen una doble cara mucho más sutil. El que más capas tiene (y más entremezcladas y confusas) es Malcolm Reynolds, el capitán, pero no soy quién para juzgar a nadie.

Y luego está Christina Hendricks. Ah, y la breve aparición de Zac Efron. Y Christina Hendricks. Simplemente Christina Hendricks en otro gran y breve papel.

Y todo en general.  Lo mejor es que todo esto fue en tan solo una temporada. ¿Cuántas series desmenuzan así como quien no quiere la cosa a sus personajes en su primera temporada? ¿Eh? ¿Eh? ¿Eh?

En fin.

Luego está la peli. Con un guion claramente esquelético del que un par de temporadas de serie habrían sacado muchísimo petróleo, una dirección novel en el largo pero muy bien llevada (¡ese plano secuencia de presentación, por favor!) y el mismo reparto que la serie. Sale Chiwetel Ejiofor, el mismísimo CHIWETEL EJIOFOR, sí, el de 12 years a slave.

En fin. Creo que me he ganado a pulso el título de fanboy. O fangirl. O fanalgo. Fanloquesea.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Apéndice IV de A picotazos

As She Lay Dying.

Una figura encapuchada en una túnica negro azabache la soltó en el campo.

Corría y corría y corría y corría. Sólo corría. Eso es todo lo que podía recordar antes de que la oscuridad envolviese su tosco cuerpo. Era raro que estuviese corriendo porque su orondo cuerpo no estaba preparado para esos esfuerzos. Quizá por eso el negro recubrió sus ojos y abrumó su pobre mente entreabierta.

Jadeaba y jadeaba y jadeaba y jadeaba. Sólo jadeaba. Era todo lo que podía escuchar en esa oscuridad impenetrable en la que estaba sumergida desde hacía ya un tiempo. Jadeaba porque antes había estado corriendo, eso sí era algo normal.

La oscuridad empezó a clarear según su respiración se normalizaba y ralentizaba. Empezaba a ser capaz de distinguir formas geométricas difusas. A veces creía ver caras de gente conocida y su corazón latía con intensidad al tiempo que empezaba a jadear de nuevo y un escalofrío recorría todo su cuerpo; todo en menos de una décima de segundo.

Entonces recordó que tenía un cuerpo que podía mover, pero no lo sentía. No era capaz de distinguir si estaba tumbada, sentada o de pie; no sentía ni siquiera los ojos. No parpadeaba y, en cuanto se dio cuenta, tampoco respiraba. Ya no respiraba, tampoco era capaz de jadear más. Y ahora el corazón no latía. Ya no latía.

Se puso nerviosa porque las figuras geométricas que distinguía empezaron a cambiar y deformarse y la agonía de la impotencia se aferraba a ella como una enfermedad crónica. Empezó a distinguir colores, pero no reconocía ninguno; era incapaz de llamarlos por sus nombres.

Ya no había geometría, solo caos y colores inconcretos; ya no sabía quién era. No sabía qué era, dónde era, cómo era, cuándo era o por qué era; su identidad se había diluido en el caos y al tiempo que los cuadrados y círculos habían dejado de ser. Ya no era una ella ni un él ni un ello; no era nunca más. Pero seguía siendo.

Vio entonces unas imágenes, a tiempo real vio su vida desde fuera; ya no era la protagonista sino una mera espectadora. Vio a sus padres gestarla y la repugnó, ya no era ella. Vio su nacimiento, su infancia, su pubertad, su adolescencia, su juventud y los años de su maduración. Quiso hacer comentarios hirientes, pegarse a sí misma sin saber que era ella; se pareció una persona despreciable la mayor parte del tiempo. Vio sus años de madurez hasta el momento de su muerte. Pero no sabía que era ella, por eso no sintió pena por su muerte. Olvidó todo y luego su propia vida se lo recordó.

Se juzgó con dureza y, cuando hubieron acabado las imágenes indelebles y permanentes, vio de nuevo el caos y los colores sin concreción, innombrables. Del caos surgió una identidad, era ella que intentaba agarrarse a su ser. El caos se organizó poco a poco y los colores empezaron a tener nombres. Era ella de nuevo. La geometría se difuminó y la oscuridad empezó a abalanzarse sobre su identidad.

Según todo se oscurecía, su corazón empezó a latir. Era un corazón endeble y trasparente, pero la trasparencia contra la trasparencia rebotaba y retumbaba. El latido del corazón la pilló por sorpresa y empezó a jadear con intensidad mientras movía sus ojos con rapidez.

De improviso, abrió los ojos y unos policías gentiles la acompañaron hasta la recepción donde un hombre barbudo y con pluma llamado San Pedro le enseñó su nuevo hogar: el Más Allá.


sábado, 10 de mayo de 2014

La Epopeya Original: Epílogo

Epílogo
Los tiempos ya han pasado
y las generaciones, avanzado.
El resentimiento es mayúsculo,
pues hemos olvidado:

que ellos nos salvaron;
pero preferimos recordar
que por su amor ejemplar
nuestras vidas arriesgaron.

Y el hecho se convirtió en leyenda;
y la leyenda, en cuentos de dormir;
y los cuentos, en simples creencias;
y las creencias, en ley para vivir.

Ahora nada inspira más temor
que dos personas enamoradas,
y más si cuán puro amor

viene en parejas igualadas.

viernes, 9 de mayo de 2014

Un barquito de cáscara de papel

Entren en el enlace, denle al 'play' y deleitense cantando esta nueva versión del ya clásico.
De nada.

https://www.youtube.com/watch?v=rLDR-NJ3gL8


Un barquito de cáscara de papel,
adornado con velas de nuez,
se hizo ayer a la mar
para cerca traer
gotitas negritas de hiel.
Un elefante con miedo va en él,
inseguro por ser mal timonel
y bajando y subiendo las olas,
el barquito ya llegó.
Navegar con temor en el mar es lo mejor
hay razones para ponerse a temblar.
Y si viene blanca tempestad:
llorar y remar y chillar.
Navegar con temor en el mar es lo mejor
y si el cielo está oscuro
el barquito va muy triste
por los mares cercanos del norte.

Un barquito de cáscara de papel,
adornado con velas de nuez,
se hizo ayer a la mar
para cerca traer
gotitas negritas de hiel.
Un elefante con miedo va en él,
inseguro por ser mal timonel
y bajando y subiendo las olas,
el barquito ya llegó.
Navegar con temor en el mar es lo mejor,
hay razones para ponerse a temblar.
Y si viene blanca tempestad:
llorar y remar y chillar.
Navegar con temor en el mar es lo mejor
y si el cielo está oscuro
el barquito va muy triste
por los mares cercanos del norte.


miércoles, 7 de mayo de 2014

Arqueología ensayística

31. X. 2094. Esta mañana, recogiendo las hojas y escritos de mi fallecido padre, me he encontrado con uno de sus pocos escritos sin publicar. Me sorprende profundamente que no publicase este pequeño ensayo sobre la sexualidad pues estoy bastante de acuerdo con él. Aunque sí observo claros signos de que está sin concluir y ciertos atisbos de ser pensamientos de juventud que perfectamente podrían ser la causa de su nopublicación. Encuentro, sin faltar a la verdad, su discurso errático y confusión en sus explicaciones. Nevertheless, espero que lo encontréis tan inspirador como he hecho yo.

“A 7 de mayo de 2014.

Cuando era un adolescente creía que era gay. Y eso me preocupaba. No sólo me preocupaba el qué dirán, que también; lo que más me preocupaba era que realmente me gustaban las chicas y no quería que me dejasen de gustar. Vaya una paradoja.

Esta creencia me asaltó porque los demás adolescentes chicos de alrededor mía empezaban a “desarrollar” su sexualidad: que si se habían liado con esa o si se habían enrollado con aquella otra. O eso decían ellos. Yo no había dado ni un simple pico.

Con el tiempo (el poco que ha pasado), me he dado cuenta de varias cosas y, seguramente, esas cosas sean verdad sólo a medias porque aún me queda mucho por aprender (y no, no hablo de cosas académicas). El caso es que ahora mismo creo firmemente que, para empezar y como base de una vida saludable, ser homosexual no está mal. Es más, las orientaciones sexuales están completamente sobrevaloradas. De hecho, escribo esto para no tener que discutir con nadie acerca de mis creencias porque creo que no es algo debatible porque no hay nada que debatir: uno es como es y a cada cual le gusta lo que le gusta. ¿Por qué cargar contra alguien por sus inclinaciones? ¿Por qué no se ha dejado a cada cual ser como ellos y ellas quieran ser? No quiero saber las respuestas a esas preguntas.

A pesar de todo, tengo mi propia teoría desarrollada a partir de otra teoría antiquísima que me contaron en una clase de griego antiguo de cuyo nombre no soy capaz de acordarme. Y es la siguiente.

[La historia que narro no creo que ocurriese en este orden (si es que acaso ha ocurrido), pero espero que entendáis lo que quiero decir; y por sociedad me referiré siempre a la occidental nuestra porque de la otra sé menos aún que de la nuestra.]

En el principio de todo, había mujeres y hombres, creo que debería empezar por ahí. No había sociedad aún (o esta se encontraba en sus albores) y, por consiguiente, no había prejuicios ni malos pensamientos porque aún no pensábamos mucho. Creo firmemente que por aquellos momentos éramos bisexuales, como bien sabían y toleraban y promovían los griegos antiguos (a su manera en cierto sentido machista). Pero se creó una sociedad y luego, algo después, se creó un dios y luego ese dios nos habló. O dicen que habló. Y lo que dijo se interpretó, y una de las lecturas que más ha triunfado es la siguiente: los hombres solo pueden sentirse sexualmente atraídos por las mujeres y las mujeres, por los hombres (únicamente dentro del matrimonio, por supuestísimo).

Y ahí es cuando todo se vino abajo. Se reprimieron sentimientos, deseos y anhelos y eso provocó más guerras de las que habrían tenido que ocurrir, creo yo. Al tiempo que la sociedad avanzaba (en sentidos políticos y económicos), también avanzaron los cerebros y los corazones: algunas mujeres empezaron a sentirse hombres y algunos hombres empezaron a sentirse mujeres, y eso era inaceptable, válgame dios. El travestismo quedó inmediatamente fuera de lugar y de mal gusto.
El travestismo y la transexualidad provocaron que la bisexualidad se volviese ambigua (¿y si te gusta un hombre que se siente mujer y se viste como tal -e incluso se cambia de sexo-  siendo tú un hombre?) y se empezó a hablar de la pansexualidad como una desviación más del camino recto de la heterosexualidad. Pero creo que se trata simplemente de la evolución natural de nuestra bisexualidad innata.

Una reflexión: si hay gays, lesbianas, bisexuales, pansexuales, asexuales (ya sabéis, quienes no sienten especial deseo ni atracción por las relaciones sexuales en general), mujeres que se sienten hombres que se sienten atraídas hombres, hombres que se sienten mujeres que se sienten atraídos por mujeres, (y seguro que se olvida alguna orientación y combinación más que merece ser mencionada y, por ende, respetada; ruego me disculpéis) ¿por qué demonios sigue siendo la heterosexualidad el camino correcto? ¿Por qué sigue siendo comidilla el “pues me he enterado que Fulanito es gay” y no el “pues me he enterado que Menganita es heterosexual”? Pues porque la heterosexualidad se da por sentada.

No sé si os preguntaréis o no si finalmente soy gay o qué narices soy, pero sea lo que sea encontraréis argumentos para desacreditarme o atacarme. Soy heterosexual: “bah, no sabes de lo hablas”, muy cierto, evidentemente esto que estoy diciendo no es la ley, es un intento de organizar mis sentimientos y pensamientos caóticos. Soy cualquiera de las otras posibilidades: “es que estás quemado y enfadado con la sociedad por no aceptar cómo eres y lo escribes sin objetividad porque tú eres uno de ellos”.

Pero claro, no declarar cual es mi sexualidad sería hipócrita por mi parte. Estoy al sesenta por cierto seguro de que soy heterosexual, al treinta por ciento de que soy bisexual y al diez por ciento de que soy pansexual. Creo, mi juventud me impide aclarar mis sentimientos y mis pensamientos.

Lo que quiero decir con todo esto, si es que quiero decir algo, es que”

sábado, 3 de mayo de 2014

La Epopeya Original IV: el desenlace

IV
Acercó se el desenlace, muy violento
[la tormenta arrecia y vuela
entre rugidos y tañidos cruentos,
separando la luz de tanta tiniebla].

La Princesa alabó la valentía
de sus tropas puras y etéreas;
la oscuridad acusó de cobardía
a sus lacayos y enfermedades venéreas.

Atacaron al tiempo y con valor,
regaron los templos con sangre y cenizas,
sucumbieron la mayoría al dolor
y hubo quien acabó hecho trizas.

Pero los amantes abrieron sus almas
sinceras, verdaderas y eternas
para absorber la oscuridad con calma
y atajar la batalla externa.

Succionaron ellos mismos la negrura
salvando a la humanidad de las tinieblas:
sin querer condenaron su amor pura
y ahora la gente en él solo ve nieblas.

jueves, 1 de mayo de 2014

De gatos y hombres

Sigiloso cual gato pardo, saltaba por los tejados y cornisas de la ciudad. Su jersey verde pimiento y sus pantalones cortos negros azabache ondeaban escasamente y con timidez a cada salto que daba.

Únicamente el sonido de sus zapatillas deportivas blancas y azules al caer en el pavimento oscuro de los tejados de los edificios resquebrajaba el silencio perturbador de la noche gris. Tras él, una estela blanquecina y pálida volaba con suavidad, velando por él.

Llegó a un punto en el que no podía seguir adelante. Una gran calle ancha se abría frente a él. Se giró y miró a la luz directamente. La luz se proyectó hacia él y lo engulló en un blanco vacío de inexactitud cuántica, pues había estado huyendo pero ya no podía seguir corriendo.

Su cuerpo cayó inerte en la superficie impenetrable de aquella azotea y murió miserablemente alienado por el fantasma de sus errores cometidos y nunca zanjados, aquellos que le asaltaban como rapaces rampantes de los bosques, de improviso y con desatino.


Le absorbió el nerviosismo inducido por su conciencia inalterada y perniciosa, que le provocó el infarto fatal que acabó con vida. Para siempre. Siendo justos, el muy hijo de puta era una mala hierba imposible de matar y ahora que el Señor lo tiene en su seno espero que le arranque las extremidades a trozos pequeños, sin analgésicos ni anestesia, y le haga tragar sus propios testículos cocinados al dente y en su salsa.