Una bocanada de aire fresco. Un cierto ensimismamiento. Vuelve
a la carga sin remordimientos. Acorrala a su presa sin miramientos. La piedad
no existe en este momento. Juró venganza. Camina rápido y seguro. Las espuelas
suenan contra la madera. Un ligero traspiés del otro le da más ventaja. Habla
rápido y en inglés, es americano. Le da igual, la venganza llama a las puertas.
Entiende algunas palabras. <<Forgive me, please>>. Idiota, no hay
perdón. Con rapidez y destreza dispara. Falla aposta, para advertir. Pero el
maldito yanqui no lo caza, y se ríe. Para en seco. Se baja las gafas de sol y
lo mira por encima de ellas. La furia de sus ojos taladra al yanqui. Se calla.
Retrocede a rastras por el suelo, hacia atrás. Está realmente asustado ahora. Una
nueva parrafada de la que solo logra entender una cosa. <<Who are
you?>>. Como hombre de pocas palabras que es, no dice nada. Se agacha y se
queda de cuclillas. Mientras sube sus gafas de sol, sonríe. Se lleva el dedo
índice de la mano izquierda a la boca y dispara.
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