jueves, 29 de mayo de 2014

Poesías macabras

Deshuesados y arrodillados,
Los cuerpos yacían sin respirar;
Despiezados y apagados,
Sus ojos veían sin mirar.

Destrozados y magullados,
La sangre corría hacia el mar;
Desmembrados y acabados,
Los buitres engullían sin parar.

Desangrados y enquistados,
El acero recorría la carne al rasgar;
Despedazados y exprimidos,
Los gusanos surgían al supurar.

Cercenados y sesgados,
Los vivos los vieron al tronar;
Enterrados y olvidados,
A dos metros bajo tierra volvieron a respirar.

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